La caliente frontera norte
La frontera de Ecuador con Colombia es, a criterio de los expertos en seguridad, un punto clave para el tráfico de drogas. Pero también para los guerrilleros colombianos de las FARC y del ELN, que tienen por allí sus líneas de abastecimiento de víveres
La frontera de Ecuador con Colombia es, a criterio de los expertos en seguridad, un punto clave para el tráfico de drogas. Pero también para los guerrilleros colombianos de las FARC y del ELN, que tienen por allí sus líneas de abastecimiento de víveres, combustibles, armas y precursores químicos para el procesamiento de droga.
Por ello, la necesidad de un reforzamiento militar, pero también el que se aumente la atención a la población civil.
La extensa línea fronteriza, de más de 700 kilómetros, con cientos de pasos fronterizos visibles y no visibles, que nace a orillas del mar y se extiende hasta la Amazonía, es un punto estratégico no solo para las FARC, sino para el narcotráfico, dice el informe anual 2016 sobre la estrategia de control internacional de narcóticos, que el departamento de Estado de Estados Unidos envió hace poco al Congreso de ese país.
En esa selvática franja, cruzadas por ríos y montañas, se han hallado varios semisumergibles y cargamentos con droga; se ha detectado la presencia de bandas criminales, en Colombia llamadas Bacrim; se han decomisado miles de armas y municiones; se ha determinado el paso de avionetas ilegales, se ha detenido a guerrilleros; y las fuerzas militares colombianas abatieron, el 1 de marzo del 2008, al segundo al mando de las FARC.
Por esa frontera también han llegado al país los refugiados. Más de 50.000 han recibido el carné en los últimos quince años. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el 98 % son colombianos que han huido del conflicto.