El calor “refresca” los negocios en Guayaquil
Cada día Guayaquil está más caliente. La gente se sofoca, saca del baúl sus abanicos, busca a gritos agua (una pileta, un charco...) y mantiene encendido su ventilador o aire acondicionado, de ser posible las 24 horas del día, para lograr que su hogar
Cada día Guayaquil está más caliente. La gente se sofoca, saca del baúl sus abanicos, busca a gritos agua (una pileta, un charco...) y mantiene encendido su ventilador o aire acondicionado, de ser posible las 24 horas del día, para lograr que su hogar se enfríe y baje algún grado de la temperatura de su estancia.
Son varios los guayaquileños que acuden a los talleres de reparación de estos últimos dos aparatos para calmar el calor que azota a la ciudad. Durante los cuatro primeros días del año, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) registró una sensación de calor que superaba los 41 grados centígrados.
“Los expertos han dicho que esa es apenas la antesala del inicio de la época invernal. Pero pese a que nos ahogamos, a nosotros nos ha aumentado el trabajo”, dijo Carlos Merchán, técnico de la importadora Montero S.A.
Él asegura que el alza se ha dado desde diciembre pasado. Arreglan el doble de ventiladores, en promedio entre 30 y 40 por día. El costo de la reparación varía según el tipo de repuesto afectado. El mantenimiento, en cambio, no supera los $ 15.
Algo similar pasa en el local de Alfredo Arias, ubicado en las calles Cuenca entre la 28 y la 29. Allí se restauran unos 40 (por $ 10) y se venden cerca de 50 a la semana. Esta es la época más buena del año, dice. Las ventas crecen hasta mayo.
Según publicaciones emitidas por la Organización Meteorológica Mundial, en los últimos tres años las temperaturas medias en el mundo se han incrementado paulatinamente, han sido más calientes. Para el 2017, que se espera lo mismo, ciudadanos como Elizabeth García se preparan.
Ayer, por ejemplo, ella acudió al estudio de Kelly Gómez, dueño de Serterefri en Sauces 8 para reparar 2 de los 3 aires acondicionados que tiene en casa. “Para el fin de semana pretendo tenerlos ya conmigo. Pasé las fiestas sin aire, realmente me ahogaba”, expresó.
En el establecimiento Gómez da mantenimiento (limpia o cambia piezas) a 72 maquinarias de este tipo por mes. Asegura que los trabajos, por los que cobra entre $ 30 y $ 200, según el tipo de aire o daño, se le han duplicado -al igual que a Javier Villa, de Villagroupsa- en estos últimos 15 días.
Ambos ejecutan también la labor a domicilio. “Es mejor para el cliente e incluso más rápido”, coinciden. “Tenemos clientes de todos los estratos y rincones de la ciudad”.