Relación. La vocería empresarial en el gran diálogo nacional hizo que Martínez se acercara más al Gobierno.

Un cambio de ruta que prioriza deuda y comercio

Nombramiento. Richard Martínez reemplaza a María Elsa Viteri, que entró en funciones el 6 de marzo, y que a su vez sustituyó a Carlos de la Torre.

Es economista, pero su reconocimiento profesional ganó notoriedad con el liderazgo gremial que ejerció en el sector empresarial. Para sus amigos y colegas, la visión económica y el pragmatismo que lo caracterizan le permitirán dar un vuelco al rumbo económico que el país necesita.

En medio de esta expectativa, ayer Richard Martínez asumió el cargo de ministro de Economía y Finanzas y dio a conocer las primeras pinceladas que tendrá su gestión, que no se alejan de la perspectiva de cambio que tiene el gremio al que perteneció. El flamante funcionario, el tercero de esta Secretaría de Estado desde que el Gobierno de Lenín Moreno llegó al poder el 24 de mayo, dijo que su gran objetivo será generar empleo a través de un crecimiento económico sostenido. Para ello, prometió ordenar las finanzas públicas y mejorar las condiciones y la participación del sector privado.

Su gestión, señaló, partirá por transparentar y restablecer el orden de las cuentas fiscales “para combatir los niveles de gastos superiores a los ingresos registrados en los últimos años” que, a su criterio, fue lo que provocó que el país termine en niveles extremos de endeudamiento. El camino será optimizar gradualmente el tamaño del Estado y facilitar la participación de inversiones privadas.

El flamante ministro prometió dar un tratamiento técnico y estandarizado a la deuda pública y honrar las obligaciones del país en los plazos y montos establecidos. Advirtió que para lograrlo será “inevitable” contar con nuevo financiamiento que impida “una seria afectación a toda la economía”.

Martínez, quien fue presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE) y quien estrechó su relación con este Gobierno siendo representante de los empresarios en la mesa de diálogo, no excluyó de su agenda su voluntad de devolver el protagonismo al sector privado, que hoy, dijo, es el que genera 9 de cada 10 trabajos. En ese sentido se comprometió a seguir mejorando el escenario para hacer negocios. Anunció que trabajará para viabilizar la eliminación del Impuesto mínimo sobre la renta, para lograr la racionalización del concepto de sociedad anónima y responsabilidad limitada, para dar un impulso integral al mercado de valores, en la renegociación de los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), en la firma con bloques comerciales como la Alianza del Pacífico y el tan esperado acuerdo con EE. UU.

La convicción de Martínez de generar una mayor dinámica económica a través del sector productivo, abre una luz de esperanza en el sector empresarial, que espera que este Gobierno dé marcha atrás en su anuncio de restringir las importaciones. “Lo que esperamos es que se dejen de seguir las malas prácticas del proteccionismo. Eso sería un error. El problema de la balanza pagos, se soluciona bajando el gasto público y atrayendo inversiones”, dijo Patricio Alarcón, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Comercio, quien dijo conocer y haber trabajado con Martínez desde el año 2015. Igual opinión tiene Pablo Arosemena, representante de la Cámara de Comercio de Guayaquil, quien cree que con una mayor apertura comercial y la firma de acuerdos, es mucho más factible reactivar el comercio y la economía.