La historia detrás de Campamento de Dios “LEL”: Un legado de amor y ayuda social
Más de 200 niños son beneficiados con medicinas, alimentación y terapias deportivas
El Campamento de Dios “LEL” no es solo una fundación, es el reflejo del amor, el compromiso y el legado de una familia que ha dedicado su vida a ayudar a los más necesitados. Su fundadora, la licenciada Catherine Espinoza Jaime, se convirtió en la labor social de su padre, Luis Espinoza León, en una misión de vida. Durante 25 años, trabajó en la comunidad de El Fortín a través de la organización MAHANAIM. Tras su fallecimiento, su hija decidió continuar su obra y darle un nuevo nombre en su honor. Así nació Campamento de Dios “LEL”, que lleva las iniciales de su padre y se ha convertido en un refugio para cientos de niños en situación de vulnerabilidad.
Desde hace cinco años, esta fundación trabaja incansablemente para educar y erradicar la desnutrición infantil en la comunidad. Catherine, quien ha vivido en carne propia la lucha y la esperanza, cuenta que su hija, hoy de 14 años, fue diagnosticada con un tumor cerebral cuando nació. Sin embargo, tras una batalla de cuatro años, logró vencer la enfermedad. “Dios nos hizo el milagro”, expresa con gratitud, y con ese mismo sentimiento de fe y resiliencia, ha volcado su esfuerzo en servir al prójimo.
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Leer másEl Campamento de Dios “LEL” atiende principalmente a niños con autismo, síndrome de Down, pequeños en condiciones de extrema pobreza y aquellos que han perdido a sus padres y viven con sus abuelos. Actualmente, son alrededor de 200 beneficiarios que reciben apoyo a través de becas escolares, un comedor comunitario y programas de salud y deporte. La fundación no solo busca cubrir necesidades básicas, sino también brindarles una educación digna y oportunidades para su desarrollo integral.
Voluntariado solidario
El trabajo que realiza la fundación sería imposible sin la dedicación de un equipo comprometido. Seis voluntarios fijos están presentes día a día, asegurándose de que cada niño reciba la ayuda que necesita. Además, cuentan con el respaldo de 20 amigos solidarios que apoyan en las diversas actividades. Sin embargo, el deseo es poder ampliar esta red de colaboración. “Siempre estamos gustosos de recibir más voluntarios para poder beneficiar a más niños del sector y cumplir con la meta de cubrir todas sus necesidades escolares”, comenta Catherine.
Desarrollo de talleres y actividades
Para formar parte de la Organización No Gubernamental, los voluntarios deben ser mayores de edad y tener un compromiso genuino con la causa. Se puede ayudar de diferentes maneras: apadrinando a un niño para que acceda a una beca escolar, colaborando en las actividades, organizando talleres para las madres beneficiarias o simplemente brindando entusiasmo y apoyo en cada iniciativa. “Lo más importante es el compromiso con nuestros niños, ellos necesitan amor y respaldo para salir adelante”, enfatiza la fundadora.
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Leer másActualmente, la ONG tiene en marcha un proyecto de becas escolares, pero su visión va mucho más allá. Uno de sus principales objetivos es mejorar la infraestructura del lugar, ya que aún hay muchas carencias que dificultan brindar un servicio óptimo. Además, buscan fortalecer el comedor comunitario para garantizar que los niños puedan recibir una alimentación adecuada todos los días.
Para seguir creciendo y beneficiando a más niños, “LEL” recibe donaciones de ropa, calzado, útiles escolares, entre otros. También tienen la iniciativa de abrir una tienda solidaria de productos usados para fondos, pero aún necesitan mobiliario.
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