Llanto. Tatiana habla y con cada palabra brota una lágrima.

El cancer de piel, un mal que aumenta

Quito es la ciudad con la mayor tasa de incidencia de esta patología. En Ecuador se registran 650 casos nuevos al año. Tatiana Aguilar cuenta su historia.

Detectaron que tenía cáncer de piel a los nueve meses de nacida. Entonces, empezó una lucha que no ha parado. Con 27 años, Tatiana Aguilar muestra sus heridas de guerra: no tiene las dos orejas, ha perdido casi toda la visión, padece anemia... Pero sigue en pie. Es una guerrera. Y a pocas semanas de la conmemoración del Día Mundial del Cáncer de Piel, 13 de junio, EXPRESO aborda el tema para informar que esta enfermedad, sin alarma, ataca cada año a 650 ecuatorianos.

Tatiana, de 1,45 metros y 33 kilos, vive con Mayela Matamoros, su madre, en un pequeño departamento del norte de Quito. Las dos nacieron en Zaruma (El Oro), pero debieron establecerse en la capital tras el diagnóstico. Pasó del hospital de niños Baca Ortiz al Eugenio Espejo. De las cirugías a las que se ha sometido ha perdido la cuenta. Pero hay algo que no olvida: la discriminación que vivió durante su infancia. En la escuela “sufría ataques de los niños, me hacían caer, me botaban de las escaleras” solamente porque en su piel tenía las marcas de una enfermedad que en ese momento no era entendida. Muchos pensaban que era contagiosa.

“Ya no quiero ir a la escuelita”, suplicaba entonces la pequeña Tatiana. Pero su mamá buscó la manera de que continuara con sus estudios. Y así fue. Acabó la primaria y la secundaria en instituciones a distancia. Se graduó de bachiller en Informática en 2011. Luego llegó lo más duro. Dos ciclos de quimioterapia, que no resistió; meses completos internada en hospitales; le operaron los ojos con úlceras; cirugías para extraer tumores y partes de su cuerpo (como las orejas)... Secuelas de una batalla épica que no termina.

El diagnóstico que tiene Tatiana se llama Xeroderma Pigmentoso. “Es una enfermedad premaligna”, sostiene Patricio Peralta, cirujano adscrito al servicio de cirugía oncológica de Solca. Explica que el cáncer de piel se divide en dos: melanomas y no melanomas. El primero es el que padece Tatiana (dice: “Es un cáncer diferente que parte de los melanocitos, de las células que nos defienden del sol, es mucho más agresivo”); el segundo es el más común y el que está más relacionado con los rayos solares (constituye el 90 % de todos los tumores de la piel. De ellos, el 98 % son tumores basocelulares y escamocelulares).

“Quito es la ciudad con la tasa de incidencia más alta del cáncer de piel en el país, seguido por Loja y Cuenca (véase en la infografía)”, según el Registro Nacional de Tumores (RNT) de Solca. Esto se debe a que las radiaciones ultravioletas tienen un impacto significativo en las zonas de altura. Si se compara con otras regiones del mundo, la incidencia en Quito se ubica en el puesto 19, entre 70 países que reportan sus datos en la publicación Cancer Incidence In Five Continents, de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.

Según el Ministerio de Salud Pública, en 2018 se brindaron consultas a 39.097 personas con diferentes tipos de cáncer de piel. Y desde enero a abril de este año, a 14.196 pacientes. El más común es el “tumor benigno lipomatoso de piel y de tejido subcutáneo de miembros”. No ha realizado ningún estudio acerca de esta patología.

Con datos del RNT, el cáncer de piel representa la segunda causa de enfermedades oncológicas en hombres, detrás del cáncer de próstata. En las mujeres, la tercera, después de tiroides y mama. Aunque Peralta subraya que hay un subregistro de casos que aún no han sido diagnosticados. “El asunto es que como no es un cáncer letal, no es un problema de salud pública”, afirma.

Este cáncer se puede diagnosticar con una inspección externa simple. Pero es necesario hacer una biopsia: si el tumor es pequeño se podría hacer una biopsia excisional (extraerle todo el tumor); sin embargo, si el procedimiento genera una secuela funcional o cosmética, es preciso sacar solo una pequeña parte y luego realizar un estudio histopatológico. El tratamiento es la cirugía.

— ¿Cuándo se requiere quimioterapia?, le preguntamos.

— “Para el cáncer de piel, no. Para el melanoma en algunos casos (como el que padece Tatiana), aunque a pacientes a los que no se pueda operar porque han tenido un infarto o problemas de coagulación, la radioterapia tiene utilidad”, responde.

Lo importante es la prevención y el diagnóstico temprano. “No es que la enfermedad ataca a partir de los 50 años (como se piensa), lo que pasa es que la quemadura la ha tenido durante esos 50 años... esa quemadura crónica es la que lleva al cáncer”. Y los protectores solares ayudan, sobre todo a las zonas más expuestas: cara y manos. También sirve utilizar sombreros. Los bronceadores no, dijo rotundo el especialista.

De esto, Tatiana lo sabe muy bien. Debe tener mucho cuidado con su piel. Esta semana se sometió a una nueva cirugía. La extracción de un tumor. Pero... nada la frena. Quiere estudiar gastronomía, y aunque no puede hacerlo porque el vapor le podría causar mucho daño, trata de acercarse a esa profesión, como cuando saltó de su cama al saber que el famoso chef Buddy Valastro llegaría a Quito. Sin dudarlo, estuvo allí, viéndolo. “Fue un momento feliz”, recuerda sentada en un sillón de la sala, donde las ventanas están cubiertas con cortinas oscuras. Nada de sol. No puede exponerse. Y cuando lo hace, de repente, porque debe salir al hospital, se unta mucha vaselina.

Amante del café, cuenta que le encantaría conocer el Capwell de Emelec. Que los clásicos en su casa son tremendos, ya que su hermano Christian, de 24 años, es barcelonista. También dice que le quitaron el bono de la pobreza; que cuando estaba en terapia intensiva y había perdido el cabello, la Fundación de Jóvenes contra el Cáncer le entregó una peluca; que se ha resignado a la enfermedad: “Tengo que ser más fuerte... aunque no quiera, tengo que aprender a vivir con ella”.

“Quisiera llegar al corazón del presidente Lenín Moreno, que no se olvide de nosotros... Es importante que personas como yo tengamos privilegios en la atención de los hospitales”, reza de memoria Tatiana, apoyada siempre en su madre. Y con fortaleza dice: “Así seguiremos hasta que Diosito me tenga”. Una guerrera.

Alerta

La escala de radiación se mide en una tabla del 1 al más de 11, siendo 1 un nivel bajo y 11, un nivel extremo. Quito, en las últimas semanas ha tenido niveles extremos.

PARA SABER

Tumores basocelulares:

Se originan en las células basales, que se encuentran en la epidermis.

Los tumores escamocelulares:

Afectan la epidermis, la capa superior de la piel, y se pueden presentar en la piel intacta o en la que ha resultado lesionada o inflamada.

Tumor benigno lipomatoso de piel:

y de tejido subcutáneo de miembros: Tumores de tejidos blandos.