Cárceles en Santa Elena: Daniel Noboa las proyecta, pero están detenidas

El Gobierno Nacional ha planificado que la provincia de Santa Elena sea la sede de las dos nuevas prisiones propuestas por el presidente y candidato Daniel Noboa. En el último debate presidencial, aseguró que una será de máxima seguridad y la otra, de mediana seguridad, con el fin de descongestionar la Penitenciaría del Litoral.

Esta última estaría ubicada en la parroquia Anconcito, jurisdicción del cantón Salinas, una decisión que no ha sido bien recibida entre los peninsulares, quienes han expresado su rechazo rotundo.

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Desde diciembre pasado, gremios y representantes de organizaciones de la sociedad civil han manifestado su descontento. Señalan que esta decisión fue tomada de manera inconsulta. Se han desarrollado marchas y plantones en Salinas, Ancón y Anconcito.

Diario EXPRESO solicitó al Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI) una entrevista con el funcionario correspondiente para informar sobre los avances de la planificación de este centro de reclusión. Pero no entregó una respuesta hasta el cierre de esta edición.

Hace más de un mes, el alcalde de Salinas, Deniss Córdova, ofreció a través de una carta enviada al Ejecutivo un espacio en una zona rural del cantón para construir el penal. Días después de conocerse la propuesta y frente al rechazo de la ciudadanía, aseguró que no se iba a pronunciar sobre el tema.

Pero desde el pasado lunes, ciudadanos han iniciado la recolección de firmas para oponerse a la construcción del nuevo centro penitenciario.

Oposición a la construcción

Raquel Navarro, activista social, promovió la iniciativa a través de las redes sociales, invitando a los habitantes a sumarse a la recolección de firmas. Explicó que los documentos con las rúbricas serán enviados a las autoridades gubernamentales para solicitar la reconsideración del proyecto.

Según Navarro, un centro de privación de libertad aumentaría la inseguridad en el sector.

“El turismo será destruido porque tendríamos a los delincuentes más peligrosos en la provincia. ¿Quién querrá comprar propiedades cerca de una cárcel? Es inaudito y no se puede permitir este atropello”, enfatizó Navarro.

En los primeros días de recolección de firmas, cientos de personas han expresado su apoyo a la causa. Los líderes de esta acción planean recorrer toda la provincia para demostrar al presidente Noboa que la mayoría de los peninsulares están en desacuerdo con esta decisión.

“Ese dinero debería destinarse a obras que impulsen el turismo, algo que tanto necesita la provincia”, comentó Yuli Pincay, abogada que también se unió a la iniciativa.

Holger Suárez, vocal del Gobierno Parroquial de Ancón, expresó su desacuerdo con el proyecto y confirmó a EXPRESO que, hasta el momento, no se han realizado mediciones ni trabajos de construcción en el área.

“Solo vimos personas en el sitio cuando estuvo el ministro de Gobierno, José de la Gasca. Allí identificaron el terreno, que está muy cerca de la tubería del poliducto y de pozos petroleros. ¿Cómo se va a construir una cárcel en ese lugar?”, cuestionó Suárez.

Afectación al turismo y desarrollo comercial

El funcionario advirtió que la construcción de una nueva cárcel podría convertir la zona en un refugio para actividades ilícitas, como el tráfico de armas y drogas, afectando gravemente el turismo y el desarrollo comercial si no se atiende el problema de la seguridad de forma integral en la zona.

“En Anconcito hemos pedido a las autoridades policiales y militares que saquen a los delincuentes que ya nos están causando daño, no que traigan más aquí”, comentó Pedro Mero, un pescador de la zona.

La cárcel del Encuentro, paralizada

Mientras tanto, la obra de la denominada Cárcel del Encuentro (la prisión de máxima seguridad) sigue paralizada. Hasta la publicación de este informe, los trabajos permanecen suspendidos tras el atentado con explosivos ocurrido la madrugada del 25 de diciembre, que dejó un trabajador fallecido.

En la comuna Juntas del Pacífico, cercana al reclusorio, la presencia militar ha aumentado, lo que ha traído algo de tranquilidad a los habitantes después del pánico generado por el atentado a finales de 2024.

“Los trabajos siguen paralizados y aún no sabemos cuándo se reanudarán. Aunque ahora vemos más militares en el pueblo, seguimos con temor por lo ocurrido”, afirmó Mario Reyes, un residente del lugar.

Un recorrido realizado por este medio de comunicación constató que el flujo de vehículos hacia el área donde se levanta el reclusorio es escaso, y la actividad comercial en la zona ha disminuido considerablemente.

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