![En el barrio Rosa Pérez Pallares, de la parroquia de Chimbacalle](https://imagenes.expreso.ec/files/image_440_279/uploads/2025/02/14/67afecaf06f8e.png)
La casa barrial se volvió el imán para atraer al vecino, en Quito
En el sur y norte, ciudadanos se han activado, para ofrecer actividades a niños y jóvenes y alejarlos de riesgos
Desde los noventa, en la presidencia de Sixto Durán Ballén, los vecinos del barrio Rosa Pérez Pallares, de la parroquia de Chimbacalle, en el sur de Quito, son los ‘dueños’ de una casa comunal, con una cancha amplia, cocina... Está detrás del Santa María de la Villa Flora, cerca del parque. Su uso no se limita a reuniones de dirigentes ni al alquiler para festejos, como en la mayoría de casos.
El papel de los dirigentes
Los dirigentes, encabezados por el profesor jubilado, Ángel Agama, de 64 años, dejan su huella en al menos cinco puntos del barrio: casa comunal, biblioteca (formada con la colaboración de los vecinos), panadería, hotel y electrónica.
En esos espacios pegan carteles, con la oferta de una variedad de clases como kick boxing, guitarra, yoga, escuela de fútbol, lectura creativa, reciclaje y ajedrez, etc. Además, todos los días, brindan refuerzo académico y estimulación temprana, para chicos. Lo promocionan también en grupos de WhatsApp.
La voz de los vecinos
La casa barrial no siempre ha estado tan activa, confirman los habitantes de esta zona. Junior Mendoza, de 37 años, enseña kick boxing y otras artes marciales. En octubre del 2022 empezó con una escuela; tienen alumnos de 22 alumnos, que pagan USD 25, al mes, por entrenar de lunes a viernes, una hora y media diaria. Los chicos participan en torneos.
“Gracias a las actividades, que empezaron a compartirse en la casa barrial, no vemos niños y jóvenes fumando y consumiendo alcohol, en el parque. Hace tres años había mucha gente dedicándose al vicio, en esos espacios. Ahora pasamos tranquilos; no encontramos a consumidores”, dice.
A Patricia Calderón, de 58 años, siempre le gustó jugar básquetbol. No se veía aprendiendo yoga: “Ser conscientes al respirar nos ayuda a mantenernos sanos y en paz”.
María José Parreño es una de las alumnas de Educación Básica e Inicial, de la Universidad Central, que hacen vinculación con la sociedad en la casa barrial. De lunes a viernes, de 14:00 a 18:00, ofrecen estimulación temprana, tareas dirigidas y más. Lorgia Torres tiene un hijo, de 6 años; está agradecida por tener un apoyo gratuito, en lo académico, y un espacio, para que su niño haga amistades.
Presupuestos participativos
La directiva organiza cursos incluso vacacionales y con donaciones, que gestiona, entrega refrigerios. Hace un año implementaron el Centro Integral de las Artes. Y junto a otros cuatro barrios, México, Pío XII, Chiriyacu Bajo y Napo Gangotena presentaron un proyecto a la Administración Zonal. Como parte de los presupuestos participativos esperan obtener 13.800 dólares, para talleres conjuntos de guitarra, piano, sintetizador, danza, coros, quena y artes escénicas.
Las administraciones zonales, por ejemplo, la Eugenio Espejo, intervienen en la construcción o mantenimiento de obras de infraestructura pública, que han sido priorizadas mediante los Presupuestos Participativos. Esto incluye la construcción inicial, adecuación y mejoramiento de casas barriales conforme a los estudios de factibilidad y las necesidades de la comunidad.
Para eso, entre enero y marzo, los dirigentes barriales deben presentar una solicitud; la evaluación de la factibilidad se hacen entre abril y junio.
Otro barrio
Carmen Ramos, del barrio Clemente Ballén, en San Bartolo, cuenta que a su casa comunal acuden adultos mayores, a la bailoterapia o talleres de memoria, así como bebés, para estimulación temprana. Sí alquilan el espacio, para obtener recursos para el pago de servicios.
La experiencia de Carcelén
En otro punto de la ciudad, en Carcelén, en donde hay cinco casas barriales. En la Súper Manzana C y en el espacio público aledaño hay bailoterapia, danza folklórica y ayuda al desarrollo de la inteligencia temprana en la niñez y más. Con apoyo de la Administración Zona de La Delicia buscan darle forma a un centro, para trabajar en este último punto.
Pablo Carrasco, presidente del comité pro mejoras, tiene 36 años y hace tres, se convirtió en padre. Se dio cuenta de que no podía salir al parque con su hija, ya que estaba tomado por libadores, consumidores de drogas y asaltantes armados. Como otros padres de familia pensó que lo mejor era mudarse, pero decidió trabajar por la unidad de su barrio. Está contento porque, tras varias actividades desarrolladas en la comunidad, más vecinos salen a los espacios públicos y así se sienten más seguros.
“Queremos que los niños y adolescentes tengan actividades para realizar en sus tiempos libres. Impulsaremos, junto a otros comités pro mejoras, un proyecto para acceder a presupuesto municipal, para levantar un centro de desarrollo de la inteligencia”, señala.
Otros vecinos corroboran que ya han ganado presupuesto para la remodelación de canchas de básquetbol y readecuación de juegos infantiles; el mobiliario tiene 40 años de vida, dicen. Y esperan que sea reemplazado hasta abril. Este comité firmó un convenio de uso de la casa barrial, con la Administración Zonal. Presentaron un plan de trabajo, con detalles de las actividades a realizar y cómo se financiarán. Por ejemplo están organizando el Corso de Carnaval.
El Código Municipal establece que las ligas parroquiales, barriales, comités pro mejoras, juntas parroquiales y organizaciones de la comunidad, que requieran el uso de áreas recreativas, casas barriales y comunales deben solicitar el convenio.
Fanny Bermeo, de 71 años, vive 43 años en el barrio. “Desde que el Banco Ecuatoriano de la Vivienda me entregó mi casa”. Disfruta de participar de su grupo de danza y del colectivo Las Damas del Café, vecinas que dan vida a la casa barrial.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!