La casa lunar va tomando forma
Los planes de la NASA son empezar a construir una base en la Luna en 2025 y cinco años después dar otro gran salto para la humanidad y pisar por primera vez el planeta rojo. La idea de Marte ya la sabíamos, pero una casa lunar... ¿Para qué?
Los planes de la NASA son empezar a construir una base en la Luna en 2025 y cinco años después dar otro gran salto para la humanidad y pisar por primera vez el planeta rojo. La idea de Marte ya la sabíamos, pero una casa lunar... ¿Para qué?
Estaría concebida precisamente para futuros lanzamientos de misiones tripuladas a otros planetas (el primero sería Marte), porque desde este satélite natural la salida sería más rápida y se gastaría una cantidad menor de combustible al no haber casi atmósfera.
Entonces, ¿cómo luciría esta casa? Los planos han sido diseñados por 14 universidades de todo el mundo, pero tras cinco meses de intenso trabajo, catorce alumnos y tres profesores de una universidad brasileña, que forman parte del programa SEE (Experiencia de Exploración Simulada), han sido los encargados de trazar y calcular con datos reales cuatro módulos para hospedar a 16 astronautas.
Con una superficie total de 1.835 metros cuadrados, cada módulo de hospedaje diseñado está compuesto por dormitorios, baños, sala de ocio, escritorio y sala de máquinas, desde donde se controlarían parámetros como oxígeno, presión, energía, agua, entre otros.
El formato es redondeado porque físicamente resiste mejor las altas presiones. Las paredes estarían hechas con varias capas de materiales diferentes y resistentes para soportar esa diferencia de presión. Y es que la ciudad lunar no está concebida para la existencia de esquinas, pues estas acumularían tal presión con el tiempo que acabarían por ceder, provocando el colapso de la base.
Los módulos están herméticamente cerrados y para entrar es necesario pasar por una sala de despresurización, que compensaría la diferencia de presión entre el interior de la casa, con aire respirable, y la prácticamente ausencia de presión lunar.
Vivir en el espacio durante largos periodos también afecta al cuerpo y, por eso, en cada módulo hay un gimnasio, puesto que en condiciones de gravedad reducida (que en la Luna es un sexto de la de la Tierra) el ser humano sufre una fuerte pérdida de calcio. De ahí la importancia de mantener la estructura muscular.
Cada una de las partes del proyecto, que también incluye un punto de despegue de transbordadores, vehículo para moverse por la superficie, invernadero y torre de transmisión.
Y bueno, de la Luna a Marte... ¿Para qué? Las motivaciones son varias, pero una de estas, además de encontrar un nuevo lugar para vivir, es extraer los minerales que encierra. Allí, por ejemplo, hay uno imprescindible para la construcción de microchips: el silicio. Aquí en la Tierra hay cierta dificultad con los suministros de silicio, cada vez más escaso. En Marte no existe ese problema, el silicio sobra. Solo esperemos que el vecino planeta no sea tratado de la misma manera que la Tierra.