Casa de Papá Noel, un lugar de reencuentro y solidaridad
El edificio simbólico de la Navidad en Latacunga es un atractivo importante. En la noche, los visitantes se pasean y admiran las decoraciones
El proyecto de la Casa de Papá Noel comenzó en el año 2005, cuando el propietario de la casa, Antonio Vaca, decidió llevar a casa los primeros globos y luces navideñas compradas en Nueva York.
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Leer másSin embargo, debido al peso y tamaño, no pudo incluir los regalos para la familia. En la maleta él los cargaba a espera de que no se den cuenta los demás. Eso no pudo pasar y Vaca le tocó explicar de lo que se trataba y los invitó a decorar afuera de la casa y adornar un árbol natural que había plantado en el jardín años atrás.
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En el momento en que arreglaba su casa, Antonio Vaca revivió la alegría que pasó en 1994, durante su primera nevada en los Estados Unidos, ese año migró en búsqueda de mejores días para su familia.
“Los primeros autos pasaban y los niños sonreían, convirtiéndose en el regalo más grande para mí”, contó Vaca. Con estas acciones, dice Vaca, encontraba el verdadero significado de la Navidad. A lo largo de los años, amigos y familiares solidarios, a quienes cariñosamente llamó duendes o voluntarios, se sumaron al proyecto.
Después de eso se dedicó a su casa. “Meses de preparación y planificación para representar de la mejor manera el espíritu navideño en la Casa de Papá Noel”, asegura Antonio. “El proyecto ha crecido año tras año gracias al trabajo y la colaboración desinteresada de corazones solidarios, sin fines de lucro ni políticos, simplemente unidos por este sueño”, expresó.
La casa de Papá Noel enciende las luces desde los primeros días de diciembre y se apagan el 6 de enero, con un evento por el Día de Reyes, muy celebrada por los ecuatorianos. Esa misma fecha la pasó en el extranjero y resultó ser una experiencia que “quisiera repetir”.
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Las novenas siguen vigentes, algunas desde la virtualidad
Leer más“Fue un día para vivir en familia, y la definición de familia trasciende los límites, convirtiéndose en el mundo entero”. Ese pensar lo llevó a organizar un día especial en Latacunga justo para el término del Día de los Inocentes.
La Casa de Papá Noel se ha convertido en un faro de esperanza y alegría para aquellos que la visitan. No solo es un lugar de encuentro navideño, sino que también ha inspirado a otros a emprender proyectos similares en diferentes partes del país.
Esta expansión del espíritu navideño es un testimonio del impacto positivo que una idea simple puede tener cuando es respaldada por el corazón y la dedicación de la comunidad. Así, la Casa de Papá Noel no solo representa el espíritu festivo, sino también la capacidad de transformar un sueño individual en un regalo compartido para todos.
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Antonio Vaca este año busca implementar en Latacunga un mercado solidario, el mismo que se realizará desde el 2020 en Nueva York, sueño que inició con refrigeradoras comunitarias. Es decir, si una persona no le servía algún electrodoméstico, podía entregarlo y ellos se encargaban de venderlo a precios accesibles.
El proyecto creció de a poco y, en la actualidad, 3.500 familias reciben alimentos y ropa; los más beneficiados son los migrantes que pasan por territorio ecuatoriano y reciben una ‘mano amiga’, Omar Arroyo, voluntario de casa de Papá Noel, cuenta que la experiencia es única y vivirla con la comunidad “regocija el espíritu navideño y llena de alegría”.
Arroyo también destaca la solidaridad y la emoción que siente cuando los niños sonríen por las luces o por recibir los juguetes, “es algo único e indescriptible que llena como ser humano y sé que estoy por el camino correcto”, agregó.
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Solange Escobar es voluntaria de la Casa de Papá Noel y es la voz oficial de todos los preparativos que desarrollan en el año. Ella es la encargada de deleitar a los asistentes con su ‘dulce voz’ en la novena. Canta villancicos y otras canciones alusivas a la época.
María Chicaiza llegó junto a su hijo de cuatro años. Para ella no era habitual recurrir a estos atractivos. Sin embargo, apenas vieron la vivienda, su hijo quedó asombrado por los grandes globos y luces. Desde ahí, ambos decidieron asistir todas las noches a las novenas. Estas iniciaron desde el 16 de diciembre y finalizarán el 24 de diciembre. Doña María explicó que el ver las luces le llenan de esperanza “de que las cosas malas van a cambiar el próximo año".
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