Pablo Muentes durante su testimonio ante el tribunal, en la octava jornada de la audiencia de juicio.
Pablo Muentes durante su testimonio ante el tribunal, en la octava jornada de la audiencia de juicio.René Fraga

Caso Purga: Muentes lloró ante el tribunal al hablar de la boda de su hija

El exasambleísta rindió su testimonio en la octava jornada de la audiencia de juicio

Pablo Muentes se sentó frente a los jueces del Tribunal para ser su propio testigo. El exasambleísta socialcristiano no juró decir la verdad, pues, según el numeral 3 del artículo 507 del COIP, a un procesado como él en el caso Purga, en ningún caso se le tomará juramento.

Con la frase "la verdad es el arma de la gente honesta", empezó a contar su versión de los hechos, con su abogado Diego Chimbo a su derecha, al final de la tarde del lunes 17 de febrero de 2025. En primer lugar, habló sobre el caso Banco del Pacífico, una de las aristas de este entramado. Muentes se remontó al inicio del problema: un crédito que su esposa, Mónica Avelina Alvarado, y él solicitaron para montar una camaronera con tecnología trifásica en Durán, en 1997. Contó que al banco le gustó el proyecto y le dieron una línea de crédito por 600.000 u 800.000 dólares, dijo que no recuerda el monto exactamente. Y subrayó que la deuda está a nombre de su esposa y no a su nombre directamente.

El caso del Banco del Pacífico y la deuda de Muentes

Cuando el banco entró en crisis, la línea de crédito se suspendió, según Muentes, y empezaron los problemas que continúan hasta la actualidad. Él asegura haber vendido propiedades para cancelar la deuda. En la audiencia, presentó al tribunal, integrado por los jueces Daniella Camacho, Felipe Córdova y Marco Aguirre, varios documentos que dijo conservar por ser "muy cuidadoso", entre ellos supuestos comprobantes de pago de la deuda suya y de su esposa con el banco y varias cartas sobre comunicaciones con el banco y ventas de bienes. Los jueces revisaron los papeles y, al finalizar su testimonio, Camacho le devolvió todo.

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Para Muentes, el conflicto actual con el Banco del Pacífico tendría tintes políticos relacionados con un voto suyo dirimente que llevaría a juicio político al expresidente Guillermo Lasso y "su infierno" empezó cuando Ricardo Noboa asumió el caso del banco. Se remontó a la época en la que se principalizó como asambleísta y ocupó un lugar en la Comisión de Fiscalización.

Durante la audiencia, el tribunal analiza las pruebas en el caso Purga mientras los acusados presentan sus testimonios.
Durante la audiencia, el tribunal analiza las pruebas en el caso Purga mientras los acusados presentan sus testimonios.René Fraga

Era mayo de 2023 y Fernando Villavicencio (+), en su calidad de presidente, promovió un informe que no recomendaba el juicio político. Ese informe contaba con su voto y el de tres asambleístas oficialistas. Pero se oponían al documento tres legisladores correístas y un independiente. Por eso, Muentes afirma que su voto definió la situación.

El testimonio de Mayra Salazar y su relación con Muentes

Luego, el exasambleísta se refirió al testimonio de Mayra Salazar, exrelacionista pública de la Corte, quien, además del exjuez Alberto Lino Tumbaco y Daniel Salcedo, rindió testimonio anticipado sobre este caso. Eso, más decenas de peritajes, chats telefónicos en WhatsApp, Signal y Zangi, fotografías, videos, documentos y testimonios, son parte de las pruebas que Fiscalía presentó en las primeras ocho jornadas de la audiencia de juicio.

Según Muentes, él nunca ha tenido ningún alias, por eso cuestionó que en el relato de Salazar se dijera que él era 'el amigo'. Para el político, esa es una forma en la que ella se refería también a otras mujeres y hombres, como el exvocal del Consejo de la Judicatura, Xavier Muñoz, u otro procesado en Purga, Saúl Mero, y que cualquier otra persona podría usar para mencionar a alguien.

Muentes dijo haber conocido a Salazar por intermedio de la expresidenta de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, Fabiola Gallardo, también procesada como parte principal de este supuesto grupo de delincuencia organizada. Agregó que Salazar "tenía un verbo muy bonito" y admitió que la contrató para una campaña corta para enfrentar lo que él llama "persecución" del Banco del Pacífico.

Reconoció que lo hizo "con furia" y que el pago a Salazar fue creciendo con el tiempo, pues ella argumentaba que era necesario pautar en redes los mensajes en contra de Noboa que difundía. Dijo que al inicio le pagaba 1.200 dólares, luego subió a 2.000 y llegó hasta 2.500 dólares aproximadamente. Pero subrayó que ella nunca fue una persona de confianza, pues para él, los únicos que entran en esa categoría son sus familiares, especialmente su esposa y sus hijos. Aunque más adelante en su testimonio también mencionó a Tatiana Villafuerte, una exjueza que, según Muentes, renunció a su cargo para ser su asesora en la Asamblea y luego su asistente, a pesar de que ganaría menos. La describió como una mujer honrada por la que pondría las manos en el fuego.

La boda de la hija de Muentes y sus implicaciones

Un tema sensible para Muentes fue hablar sobre su familia. "Han destruido mi nombre, el nombre de mis hijos", dijo y lloró al relatar cómo la atención que se ha puesto sobre la boda de una de sus hijas en Cartagena por el caso Purga la ha afectado a ella y ha puesto en riesgo su matrimonio. Tuvo que hacer una pausa para reponerse antes de continuar con su relato. Muentes contó que el revuelo por el caso Purga fue la causa por la que los videos de esa fiesta que estaban en línea se habían borrado.

Según el exasambleísta, su hija le había pedido hacer la fiesta en el exterior, con pocos invitados, solo con gente cercana. Y, durante los preparativos, le dijo que entendía que, como político, él tenía compromisos y podía invitar a algunas personas de ese ámbito. Por ello, agregó, estuvieron colegas del Partido Socialcristiano y otros movimientos, además de Gallardo, por ser en esa época presidenta de la Corte del Guayas.

Agregó que el entonces juez Johan Marfetán, otro procesado en el caso, también estuvo en la ceremonia, pero dio un dato nuevo: él no era el invitado sino su esposa, Diana Pino. Entonces mencionó que las visitas de Marfetán a la urbanización de Mocolí, donde está su vivienda, no eran para él sino para su hijo, Pablo Muentes Alvarado. Marfetán ha asegurado en varias ocasiones que su hijo es compañero de escuela del nieto de Muentes y sus registros en Mocolí se debían a que recogía al niño de supuestas actividades extracurriculares.

Muentes también señaló que su primo, Fausto Alarcón, no es su testaferro, sino el dueño del terreno por el que está procesado y que a diario le pide perdón "porque está preso por ser mi primo". Mencionó la insuficiencia renal y cardíaca que padece Alarcón y contó que crecieron juntos y que son como hermanos.

Por otro lado, esquivó tocar a profundidad temas como el testimonio de una mujer que dijo haber sido desalojada con violencia de unos predios o de otra mujer que fue a la cárcel por no querer salir de una casa que afirma es suya o de quien asegura ser el verdadero dueño del terreno y haberlo perdido porque una jueza ordenó que el Registro de la Propiedad lo inscriba a nombre de su primo.

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