Para celebrar dignamente el Bicentenario
Comentando las opiniones de dos distinguidos columnistas de EXPRESO y haciéndonos eco de los continuos reportajes de este Diario, al reproducir la triste realidad en que se encuentra Guayaquil debido a la indolencia e irresponsabilidad de sus autoridades municipales, me atrevo a citar al Sr. Paúl Palacios, que dice “hay cosas que aún restan por hacer: mejorar el transporte público..., recuperar el estero Salado, etc.”. Por otro lado el columnista Gaitán Villavicencio, preocupado por lo que pudiera ser una digna celebración del Bicentenario expresa: “¿qué se propondrá hacer ahora (el Municipio) después de 28 años de continuidad Social Cristiana para el Bicentenario y el siglo XXI?. Entrelazando los dos criterios podremos sacar a limpio que para el Bicentenario, ya a las puertas, no hace falta pensar en obras de relumbrón como enormes monumentos ni fuentes luminosas de aguas contaminadas, sino en terminar primero las cosas que están a medio hacer y que a pesar de representar temas vitales para el desarrollo organizado y cuidado del medioambiente no se les ha dado toda la preocupación necesaria. Mejorar el transporte público, que se encuentra en estado calamitoso por falta de control y por la sospechosa permisividad de la autoridad municipal correspondiente, que no se decide a aplicar todo el rigor de la ley y disposiciones pertinentes para someter a los choferes de buses urbanos y emprender sin más pérdida de tiempo una amplia, profunda y permanente educación vial que nos lleve precisamente a una mejora real del tránsito vehicular, con especial énfasis hacia el respeto irrestricto al peatón, hoy invisibilizado. El otro punto es la recuperación y regeneración integral y definitiva del brazo de mar que adorna nuestra ciudad y que no hemos sabido aprovechar como un verdadero pulmón ambiental y atractivo turístico que mucha falta nos hace. Atacando estos dos temas con absoluta frontalidad, decisión y patriotismo, con soluciones definitivas e irreversibles, tendremos motivo suficiente para celebrar dignamente el Bicentenario.
Ing. Jorge Adum Bravo