Centralismo

Mantener la unidad del Estado y lograr una coordinada planificación del país han sido excusas para establecer en Ecuador un férreo y odioso centralismo que ha servido para distribuir inequitativamente los recursos y privilegiar a los habitantes de la sede del gobierno. El centralismo ha propiciado la multiplicación de organismos, leyes y reglamentos y el crecimiento de una frondosa burocracia que ahoga la economía del país y afecta seriamente el desenvolvimiento del sector privado.

Este estado de cosas no puede seguir existiendo en un Estado moderno que aspira al desarrollo y el progreso de la nación en un mundo cada vez más competitivo y globalizado. Hay que tomar medidas radicales para modernizar al aparato estatal en todos sus aspectos, actividades y competencias. Es necesario fortalecer los órganos más cercanos a los ciudadanos y que mejor conocen sus necesidades, eliminando organismos inútiles, creados para dar empleo a “ilustrados” parásitos del presupuesto nacional. Pero el proceso de descentralización es complejo y gradual; implica un cambio de mentalidad de todos los ecuatorianos, una reforma profunda de la sociedad en su conjunto y una reorganización integral de la estructura del gobierno y las entidades públicas. Es imprescindible encontrar soluciones que corten de un tajo las inequidades existentes en la distribución del presupuesto nacional, terminar con las regiones privilegiadas y nivelar las condiciones de vida de todos los ecuatorianos, indistintamente de su cercanía a la capital de la República o a las grandes urbes. Descentralizar promueve la sana competencia entre las regiones para mejorar los servicios ciudadanos y así evitar la migración y mantener a los pobladores velando por el desarrollo y progreso de cada una de sus regiones autónomas.

Debemos encaminarnos por el sendero autonómico, por el desmantelamiento de lo que Octavio Paz llamó El Ogro Filantrópico, que en nuestro caso ha sentado sus raíces en Quito. De otra forma estamos condenados a nunca existir como nación unida y con objetivos nacionales definidos.