Cherres usó doble identidad y dejó algunas deudas pendientes
Mantenía el mismo número de cédula, pero diferentes nombres en la Judicatura y en Fiscalía. Una mujer retiró su cuerpo en la morgue.
Es de conocimiento público que Rubén Cherres Faggioni era amigo de Danilo Carrera, el cuñado del presidente de la República, Guillermo Lasso, y que además era considerado prófugo y pieza clave en el caso Encuentro, una investigación que busca establecer la existencia de una presunta trama de corrupción en el nombramiento de cargos y contratos públicos en empresas del Estado.
Cherres era requerido desde el 21 de enero pasado, día en que se le giró una boleta de detención. Con su muerte, ya no se podrá contar con su versión ni exponer la que hubiera considerado su verdad.
Sin embargo, en la Función Judicial y en la Fiscalía General del Estado, Cherres aparece con variaciones en su segundo nombre. En algunos registros consta como Rubén David y en otros como Rubén Antonio. Lo que no cambia en ningún caso es su número de cédula: 0907003370.
Como Rubén David recibió denuncias por estafa y amenaza, pero también a su favor, por un accidente de tránsito y por alteración de documentos en contra de una mujer que lo había denunciado. En contra de ella también existe un expediente por calumnias.
En cambio, como Rubén Antonio refleja un proceso por narcotráfico, del que fue sobreseído luego de una apelación al llamamiento a juicio en su contra, en el año 2000. Por este delito también era investigado en la actualidad, desde 2021, cuando la Policía Antinarcóticos le hizo seguimiento y determinó sus posibles nexos con la mafia balcánica.
En el Sistema Único de Pensiones Alimenticias, del Consejo de la Judicatura, Rubén Cherres -con su número de cédula- refleja una deuda de 235.149,02 dólares. Este dinero corresponde por no pagar 157 mensualidades y que se mantienen como pendientes, cada una de ellas por un valor de $ 1.330,20, más los intereses.
La primera vez que dejó de pagar una cuota fue en marzo de 2012. Desde ese mes, hasta abril de 2023, no volvió a pagar sus haberes, en los que constaba con el nombre de Rubén Antonio.
En tanto que la supuesta pareja sentimental de Cherres, Joseline Katiuska Rivadeneira Luzardo, de 30 años, tenía en su contra una denuncia por violación a la intimidad, en 2016, por parte de una abogada que en la actualidad es funcionaria de la Fiscalía en El Oro.
El año siguiente, Rivadeneira presentó reclamos legales por el mismo delito, pero no se detalla en contra de quién. Finalmente, en 2019, Rivadeneira denunció a una mujer por intimidación, pero no constan detalles del tipo de amenazas que habría recibido en ese entonces.
Sobre el crimen en el que murieron cuatro personas, entre ellos Cherres y Rivadeneira, no hay registros de denuncias asentadas por algún familiar. En el sistema de la Fiscalía se refleja que la indagación surge a partir del parte policial. Las versiones que se toman por el caso son anexadas a la investigación previa, que está bajo sigilo.
- Trámite
El cuerpo fue trasladado a Guayaquil
En completo hermetismo fue retirado la tarde del pasado martes el cadáver de Rubén Cherres Faggioni. Una abogada en representación de la familia realizó las diligencias para el traslado del cuerpo desde el anfiteatro de Santa Elena hacia la ciudad de Guayaquil.
Dicha persona presentó la documentación que se requiere para estos casos y luego del respectivo análisis se autorizó la salida del occiso que yacía en uno de los frigoríficos de la morgue peninsular desde el pasado 31 de marzo, día en que Cherres fue encontrado asesinado junto a otras tres personas en una vivienda en Punta Blanca.
El Ministerio Público de Santa Elena no dio detalles de la mujer que efectuó la diligencia, apenas se indicó que se trataba de una abogada y que tenía la autorización de los allegados del occiso.
La investigación de este crimen es dirigida por peritos de Criminalística de Quito. “Toda la información del caso se la dará desde Quito”, dijo uno de los integrantes de la Fiscalía peninsular.
En Punta Blanca, sitio donde se perpetró la matanza, las personas que laboran en los alrededores indicaron que desde el día del hecho acuden personas extrañas a preguntar. “No sabemos sin son policías encubiertos o gente relacionada al caso. Estamos muy preocupados”, dijo un ciudadano que labora cerca de donde ocurrió el crimen. JLC
