Cheryshev, lider de la revolucion rusa
Cheryshev, uno de los mejores jugadores del torneo y estrella con tres goles de los anfitriones, que hoy miden a Uruguay en busca de la primera plaza del grupo A.
Nizni Nóvgorod es una ciudad histórica. Se siente por sus edificios de estilo soviético, su cuidado por el pasado, su enorme estatua de Lenin y también por el uso de un viejo tranvía que en su línea 3 conecta la renovada estación de tren y el oeste de la ciudad. Allí, en un asiento de hierro con un acolchado desgastado, entre el ruido y el vaivén del tren está Olya, la encargada de la boletería.
“¿Le gusta el fútbol?”. Ella asiente, señalando un cartel de la Copa del Mundo. “Cheryshev”, alcanza a decir al preguntarle sobre los jugadores, en una conversación complicada porque son pocos los rusos (y menos aún en esta ciudad) que hablan inglés.
Se refería a Denis Cheryshev, uno de los mejores jugadores del torneo y estrella con tres goles de los anfitriones, que hoy miden a Uruguay en busca de la primera plaza del grupo A. Necesitan apenas un empate para redondear un inicio de Mundial impensado por cómo llegaron y por las críticas que arrastraban desde hace años. Sin embargo, todo cambió. También para Denis, este prometedor jugador nacido precisamente en Nizni.
El goleador, como su ciudad, también respeta su pasado y forma parte de la historia. Su padre, Dmitri, fue jugador en España y él le siguió los pasos en Gijón, primero, y en Burgos, después. Pero su calidad llamó la atención del Madrid e ingresó a la cantera del club blanco, debutando en 2012 y convirtiéndose en el primer ruso en jugar en el club más ganador de la historia.
Un orgullo para Nizni, que hoy presume de su ciudadano y es el faro de Rusia. “Es muy bueno y no se rinde, como nosotros”, destaca Vitali en la calle Maksin Gorki, en honor al escritor y político revolucionario ruso, quien es la otra gran personalidad de esta urbe. Para entender el sentimiento de pertenencia, basta decir que las calles de esta ciudad estuvieron cerradas durante décadas para los extranjeros después de la Segunda Guerra Mundial, en la que fue castigada con incontables bombardeos alemanes.
Ya en época de apertura, aunque con el carácter formado, nació Denis. Por eso él es el estandarte para esta ciudad y desde el pasado 14 de junio también de todo el país. Además, nadie contaba con él, ni siquiera el técnico Cherchesov, quien dudó de incluirlo en la lista definitiva y le dejó en la banca en el cotejo de debut en el Luzhniki Stadium. Y es que Cheryshev tuvo que superar varios baches tras su idílico debut en la Casa Blanca. Las cesiones lo llevaron a estar en cinco años en el Sevilla, Villarreal, Valencia, Real Madrid y de nuevo el Villarreal, sin llegar a asentarse en ninguno.
Además, cuando volvió al cuadro merengue protagonizó uno de los episodios más vergonzosos de la historia del club, al ser expulsado de la Copa del Rey por la participación del ruso pese a que estaba suspendido. Aquello le hundió, pero en su familia había esperanzas e incluso su padre, quien es comentarista en la televisión rusa, ya advirtió antes del Mundial que su hijo sería la estrella.
Su doblete en el debut ante Arabia Saudí y un nuevo tanto frente a Egipto le colocaron como líder de la tabla de goleadores igualado con Cristiano Ronaldo. El luso amplió su cuenta un día después y suma 4, como Lukaku. Pero Denis sigue en la pelea por ser el Balón de Oro de la Copa del Mundo, algo extraño para un jugador que había anotado dos goles en los dos últimos años.