Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Chiitas o sunitas: religion o poder

Creo que se han explicado hasta la saciedad las diferencias de carácter religioso entre chiitas y sunitas, pero resulta que con los enfrentamientos que se están produciendo en Medio Oriente, el cual ya está salpicando a la propia Unión Europea, se empiezan a aclarar las cosas.

De acuerdo con nuestro criterio, el peligro creciente del mal llamado Estado Islámico, al que hay que añadir ahora el enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán, ha convertido a esta zona en la más peligrosa del planeta, ya que se pueden contar, por lo menos, tres guerras civiles: en Siria, Irak y Yemen. Y tal como van las cosas, no nos llamaría la atención una confrontación directa entre Irán y Arabia Saudí.

El pretexto fue encontrado con la ejecución de un clérigo chií, hostil a la monarquía del régimen de los Saud, y el asalto a la embajada saudí en Teherán, así como actos terroristas contra suníes en Irak. El propio líder supremo y los Guardianes de la Revolución Iraní se han impuesto sobre el reformista presidente Rohani, que deseaba evitar posibles enfrentamientos.

Insisto en que esta nueva confrontación ya no es de carácter religioso, sino que se juega la hegemonía del mundo islámico. Por lo pronto, están en ventaja los sauditas por sus relaciones con Washington, aunque ya empiezan a ser cuestionadas por el acuerdo nuclear alcanzado con Teherán.

¿Quién se va con quién? En la actualidad, Irán empieza a sufrir aislamiento en medio de la crisis con Arabia Saudí. Kuwait anunció que ha llamado a consulta a su embajador en Teherán, siendo el mismo camino tomado por Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos y Sudán. Cómo estará de preocupante el estado de cosas que hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó el reciente ataque a la embajada de Arabia Saudí en Teherán, como una violación del acuerdo de Viena de 1961 sobre protección de las sedes diplomáticas.

Pese al adverso panorama regional, el presidente de Irán consideró que la vía diplomática es la mejor manera de superar el conflicto, pues complica los planes de Irán de reinsertarse en los mercados globales, una vez que se levanten las sanciones económicas occidentales. Además de que le dificulta exportar petróleo y mantiene congelados activos en bancos extranjeros por unos 100.000 millones de dólares.

Recordemos que Irán aceptó limitar su programa nuclear a cambio de que se le levantaran las sanciones, en un acuerdo alcanzado con EE. UU., Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania en 2015.

No obstante, la crisis entre ese país y Arabia Saudí ha vuelto a arrojar una oleada de incertidumbre sobre las perspectivas económicas del país. Para comenzar, ha sacado al mercado seiscientos mil barriles de petróleo y con eso se matan las esperanzas de que el precio internacional suba.

En conclusión. Ya casi se convierte en un cuento que la división de sunitas y chiitas se deba a una lucha por heredar a Mahoma. Hoy es el enfrentamiento de poderes para ver quién manda en el Golfo Pérsico y en todo lo que se conoce como Medio Oriente.

¿Y nosotros qué tenemos que ver?

Con un petróleo que va en camino de los 20 dólares el barril y la posibilidad de que las grandes potencias tengan que participar para poner orden, en un mundo globalizado no estamos en capacidad de decir “este problema no es mío”. De una u otra forma, una guerra, a estas alturas, desgraciadamente nos alcanzará. No nos olvidemos de que hace poco delegaciones ecuatorianas visitaron Arabia Saudí y viceversa. Y antes recorrió los países bolivarianos el expresidente de Irán, recibido casi como un mesías y que luego lo desautorizó el ayatola. Algo se habrá acordado en esas visitas.