Cicatrices de Honor: “El cancer se llevo mis senos, pero no mis suenos”
A pocos días de empezar octubre, el mes dedicado al Cáncer de Seno, un grupo de ‘guerreras’ muestra sus heridas.
A Andrea Sáenz le diagnosticaron cáncer de seno hace un año; a Lupe Ortíz hace tres; a Patricia Angulo hace cinco; a Carmen Masabanda hace ocho... Y a todas les extirparon uno de sus senos. La tarde de este 26 de septiembre, en un hotel del centro-norte quiteño, ellas, mujeres ‘guerreras’ y sobrevivientes del cáncer, se quitaron sus blusas para mostrar las ‘Cicatrices de Honor’.
Un grupo de expertos en maquillaje se encargó, durante cuatro horas en cada una (y fueron diez), de pintar sobre sus heridas unas mandalas. Colores, brillos, formas diferentes. Pero... ¿por qué mandalas? Dijo Camilo Mideros, encargado del diseño, que estas formas representan una conexión con el universo, espiritualidad.
Las diez mujeres, de distintas provincias del país y miembros de la Fundación de Jóvenes contra el Cáncer, se unieron con un varios objetivos: demostrar que aunque han perdido un seno siguen siendo bellas. También para hacer un llamado a las mujeres ecuatorianas, y de la región, para que se toquen y puedan detectar cualquier anomalía a tiempo. Antes de que sea muy tarde.
En Latinoamérica se han diagnosticado 40 mil mujeres con cáncer al seno. En Ecuador, un total de 3 mil podrían perder la batalla.
Gustavo Dávila, director de la Fundación de Jóvenes contra el Cáncer, detalló que esta forma de mostrarse, con las heridas de guerra, es parte de la II edición de ‘Cicatrices de Honor’, que busca transmitir “luz” y, sobre todo, para levantar la voz: “Señor Gobierno, aquí estamos, somos una parte activa de la sociedad”. Esto porque en octubre se conmemora el mes del Cáncer de Seno.
El director señaló que quieren presionar para que se cree un plan nacional de prevención. “El cáncer no espera”. Y aunque ya aprobó la actualización del Cuadro Nacional de Medicamentos Básico, aún queda por comprar y distribuir las medicinas para aquellos que necesitan.
Sus testimonios
Lupe Ortíz, nacida en la provincia de Los Ríos, tiene 47 años. Ella contó que con la pintura sobre su herida pretende demostrar que las mujeres que tienen este padecimiento no deben esconderse. Su cáncer fue diagnosticado hace tres años, un mes después le extirparon el seno izquierdo. Lo más duro, aseguró, fueron las cuatro sesiones de quimioterapia.
Sonia Fajardo, de 37 años, tiene dos hijos, uno de 15 y otro de 6. En ellos y en su familia encontró la fuerza para seguir y poder luchar contra le enfermedad. Quiteña, manifestó que “el cáncer no significa muerte, sino una segunda oportunidad de vida”.
Andrea Sáenz fue diagnosticada hace un año, cuando tenía 26. “Fue muy duro, un golpe fuerte para mi esposo y mi familia”. Pero lo superó. Y esta es una forma de “vernos bien, sentirnos hermosas”. Dejó claro que es importante tocarse, porque el cáncer no acaba en el diagnóstico.
Yisela Mera, con 33 años y nacida en Santo Domingo de los Tsáchilas, indicó que cuando le detectaron cáncer “fue lo pero”. Pero pronto entendió que tenía un propósito. Y hoy agrace a Dios porque la enfermedad le ha ayudad con ser una mejor persona, una mujer madre... “Me transformó la vida, y aquí estoy, luchando día a día”.
Los testimonios de Patricia Angulo, Carmen Masabanda, Edilma Hoyos, Lourdes Álvarez, Rosario Sánchez y de las demás guerreras tienen algo en común: son luchadoras y sobrevivientes de este mal que ataca cada año a miles de personas.
Nota: Una de las ‘guerreras’ no pudo asistir.