Acto. Marcelo Luppi, experto de origen chileno, durante su intervención.

Una cita para hablar del ‘envenenamiento de la sangre’

Por causar la muerte de 8 millones de personas al año a nivel global, la Sociedad Ecuatoriana de Cuidados Intensivos capítulo Guayas realizó un conversatorio sobre la sepsis.

Por causar la muerte de 8 millones de personas al año a nivel global, la Sociedad Ecuatoriana de Cuidados Intensivos capítulo Guayas realizó un conversatorio sobre la sepsis. Esa temida complicación, más conocida como ‘envenenamiento de la sangre’, que aparece cuando el cuerpo tiene una abrumadora respuesta inmunitaria a una infección por bacterias, virus, hongos o parásitos.

Al momento, esta es una de las pocas afecciones que perjudica con igual ferocidad a las áreas del mundo en desarrollo y a las del mundo desarrollado, aumenta dramáticamente en una proporción anual de entre 8 y 13 % por encima de la década anterior.

En la ciudad no hay cifras oficiales que evidencien el número de afectados precisos. No obstante, Jerónimo Cassanello, médico clínico-internista y presidente del gremio, calcula que en el país entre el 50 y 75 % de pacientes que ingresan al área de terapia intensiva desarrollan el mal.

¿Por qué? El chileno y docente universitario Marcelo Luppi, jefe de la Unidad de Infectología del hospital clínico de la Universidad de Chile y principal ponente de la cita (llevaba a cabo días atrás en el hotel Sheraton), lo explicó en su intervención.

En dichas unidades, que han mejorado considerablemente la sobrevida de los pacientes -dijo- los hongos, que se aprovechan de los cuerpos debilitados y de las infecciones, muchas veces, resistentes a los medicamentos y con variedades más virulentas, dan cabida a la infección. O bien sea por la falta de cuidado en las ‘heridas’ o porque estos (los hongos) no son fáciles de combatir.

“Hemos tomado tantos antibióticos, incluso para males comunes y corrientes, que hemos acabado con las cepas sensibles”, agregó, “nuestro organismo ha creado resistencia a algunos medicamentos y eso precisamente es lo que dificulta la pronta y necesaria atención”.

Luppi, quien habló además de la hora de oro para tratar la sepsis (esto es, que si se la diagnostica durante la primera hora posterior a su presentación, la tasa de supervivencia es del 80 %), hizo un llamado a la comunidad.

A la gente, por ejemplo, les recomendó no ingerir antibióticos sin prescripción médica; y a los médicos (de todas las ramas), en cambio, capacitarse más. La detección precoz de un caso potencialmente grave depende en gran medida de la solidez técnica del especialista. Esa es la clave, concluyó, para iniciar el tratamiento, revertir la situación y reducir la mortalidad. DSZ.