La ciudad experimenta con una nueva ciclovia
700 metros, esa es la extensión de este nuevo formato de ciclorruta que construye el Municipio.
Antes se las pintó sobre las calzadas y en las aceras, pero esto no conformó nunca a los ciclistas organizados de la ciudad, quienes integran cerca de 40 colectivos.
¿Las razones? Dicen que ni los peatones y menos los dueños de automotores las respetan. Los unos estacionan sobre las denominadas bicirrutas, mientras que los otros la consideran parte del área destinada para los transeúntes.
Es por eso que aquel nuevo experimento que ejecuta el Municipio de Guayaquil en el proyecto de regeneración de la calle Junín, resulta novedoso, dice Ronald Game, un abogado que forma parte del grupo Ciclistas sin Fronteras, refiriéndose a las ciclovías que existen en la ciudad. Sin embargo, vuelve a quedar aislada, como una especie de pieza suelta que no se conecta a nada.
Sus constructores la defienden. “Esta es la primera avenida dentro del proceso de regeneración urbana que segrega el área de carros con la de los ciclistas”, le contó en su momento a EXPRESO Pedro Urel, uno de los técnicos de la fundación Guayaquil Siglo XXI.
La obra estará terminada en junio próximo. Sobre si el formato corresponde a un nuevo planteamiento del Cabildo con los futuros rediseños de calles y avenida, de eso no está seguro Wilfrido Matamoros, gerente de la fundación. “El diseño nos lo fue entregado por el Municipio. Creo que surgió de la propuesta de una concejal vinculada con el colectivo de los ciclistas de la ciudad”.
Lo que sí tiene claro Matamoros es que no existe un estudio que determine si de verdad hay una necesidad de los guayaquileños de bicirrutas. “El clima de Guayaquil incide a que no tengamos una cultura de movilización en bicicletas”.
A esto se suma Fernando Amador, director de Transporte Público de la ATM. “No es cuestión de decir: Ah, en bicicleta es mejor. No porque hay muchos temas que están incluidos en esto y nosotros vamos a hacer un estudio del uso de la bicicleta, donde determine que se lo use en ciertas zonas, no en toda la ciudad”.
La ATM reconoce una falencia. La ciclorruta “se ha venido construyendo de una forma desordenada e insegura”, dijo en su momento Freddy Granda, jefe de planificación.
Pero existe una planificación para este año de la ATM. Se menciona la contratación de una consultoría que determine un diagnóstico del estado de la ciclovía y que dé recomendaciones sobre cómo unirlas.
“Del estudio se habla desde el 2016, cuando trajimos a Jeroen Buis, consultor holandés. El Municipio quedó en contratarlo, pero aún no pasa nada”, asegura Ronald Game, quien en todo caso, asegura que la nueva ciclovía se presenta como un referente de cómo se debe pensar futuros rediseños de calles y avenidas.
Porque la ley lo exige
La Constitución determina en el Art. 415 que “los gobiernos autónomos descentralizados incentivarán y facilitarán el transporte terrestre no motorizado, en especial, mediante el establecimiento de ciclo vías”. Ronald Game considera que sería cuestionable que los municipios construyan sin ningún orden, tramos de bicirrutas solo por cumplir con esta norma. En Guayaquil se calculan que existen 40 colectivos que agrupan a los bicicleteros de la ciudad. Estos reclaman espacio para su actividad.