Las claves para combatir el hacinamiento carcelario en Ecuador
Expertos recomiendan la digitalización de procesos y pasos previos a la reorganización por peligrosidad y tipo de delito
El sistema penitenciario de Ecuador enfrenta una crisis estructural. Al 6 de diciembre de 2024, las cárceles del país registraban 33.623 Personas Privadas de Libertad (PPL), superando la capacidad total de 27.714 internos y reflejando un hacinamiento carcelario en Ecuador del 21,32 %. A pesar de esfuerzos anteriores para reducir esta problemática, como el censo carcelario y los indultos otorgados en 2023, la población penitenciaria ha vuelto a aumentar.
Situación actual: Más de 33.000 reclusos en 35 prisiones
El informe del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI) señala que 20.896 internos cumplen sentencias condenatorias, mientras que 12.727 se encuentran en prisión preventiva, apremio o son clasificados como contraventores. Se ha identificado que 12 centros penitenciarios aún tienen espacio disponible pero 23 presentan sobrepoblación, con niveles que oscilan entre el 7,81 % y el alarmante 120,95 %.
Causas del hacinamiento carcelario en Ecuador
Expertos en seguridad como Diego Pérez, analista en seguridad, atribuyen el problema al abandono histórico del sistema penitenciario. “El hacinamiento y la retirada del Estado han permitido que las cárceles se conviertan en espacios de reclutamiento y control para los grupos criminales”, afirma Pérez, quien subraya que la crisis se agravó durante la pandemia y en los años posteriores.
Por otro lado, el exviceministro de Justicia, Julio Ballesteros, resalta la falta de una clasificación adecuada de los internos según su peligrosidad y tipo de delitos. Esta deficiencia organizativa ha permitido que el sistema carcelario se desborde, generando condiciones para la corrupción y el fortalecimiento de organizaciones delictivas.
Propuestas de solución: Censo, modernización y reorganización
Ballesteros plantea la necesidad de realizar un nuevo censo carcelario que contemple un perfil criminológico detallado de cada PPL. Esta información permitiría reubicar a los internos por niveles de peligrosidad y planificar una gestión más eficiente de los recursos penitenciarios.
Además, la digitalización de las fichas de los internos es vista como una solución clave. Este sistema permitiría registrar el historial criminal, eliminar la burocracia ineficiente y evitar la corrupción en la emisión de boletas de excarcelación.
Sin embargo, Ballesteros advierte que estos procesos pueden generar conflictos internos, ya que los grupos delictivos buscarán resistirse. Por ello, la inteligencia estatal y las fuerzas de seguridad deben anticipar posibles enfrentamientos y garantizar un control efectivo.
Un cambio integral
“Esta realidad no se resuelve únicamente con la creación de más cárceles en Ecuador. Es necesario un cambio estructural que incluya la modernización tecnológica, la reorganización de los internos y un enfoque integral en la rehabilitación”, concluye Diego Pérez.
Por su parte, Ballesteros recalca que el camino hacia una solución definitiva podría tardar años, pero insiste en que el primer paso es fortalecer la presencia estatal en el sistema carcelario para garantizar un control efectivo y reducir la incidencia de los grupos delictivos.
