Coco, base de la economía y el arte del mundo afroesmeraldeño
Los artesanos construyen con la cáscara dura de este fruto artesanías como pendientes, collares y hasta zapatillas. Un material de uso tradicional
En la provincia de Esmeraldas se asienta el 77% del total de hectáreas de cultivo de coco que hay en el país. De él se elaboran diversos productos: leche de coco, harina de coco, agua de coco, aceite de coco, azúcar de coco y más. Un apetecido y reconocido fruto que es orgullo de la cocina y cultura afroecuatoriana.
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Leer másPero no solo es orgullo por ser una delicia en lo comestible, sino porque también a través de generaciones, este fruto ha servido como base para crear arte y utensilios de la cultura negra afroesmeraldeña: tazones, carteras, cucharas, aretes, pulsera, collares, sandalias, maracas, cofres, llaveros y un sinnúmero de productos artesanales.
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“Esta costumbre la mantenemos desde que nuestros ancestros se dedicaban a ello. El coco, por siglos, ha sido una de nuestras herramientas de expresión de nuestras habilidades manuales y para crear utensilios necesarios en el hogar”, cuenta Niria Orceña, gestora cultural y administradora de la Casa de Cultura de San Lorenzo, cantón de la zona norte de la provincia de Esmeraldas.
En ese espacio cultural se destaca el coco en más de cien piezas artesanales, lijada y talladas por manos de artesanos afroecuatorianos que le dan forma y tradición a cada creación. Una docena de personas trabaja en ese lugar, todos los días, con las cáscaras de coco.
“A través de estas artesanías, hallamos una manera de expresar nuestros sentimientos y damos a conocer nuestras raíces, ya que rescatamos un valor fundamental dentro de lo que son las manualidades y artesanías que elaboraban nuestros antepasados y que hoy seguimos difundiendo para que el legado a base del coco se siga manteniendo”, coincide Miguel Quintero, uno de los artesanos de la Casa de la Cultura.
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Leer másEl proceso de llevar la cáscara rústica de coco a unos brillantes pendientes, por ejemplo, es meticuloso, aunque con la técnica adecuada y ensayada, del día a día, los artesanos dejan ver como si la creación fuera algo sencillo.
Primero, una parte de los artesanos se encarga de hacer el corte de los cocos, limpiar, lijar y por último echar el sellante para darle brillo a las piezas. Este material es transferido a otro grupo de personas, quienes se encargan de pulir las formas y tejer o enganchar lana o metales pequeños en los trozos de coco, para finalizar la obra artesanal.
“Esta actividad nos gusta porque le damos más valor a nuestros productos locales, porque reciclamos las cáscaras de coco y para nosotros es un trabajo que nos significa un ingreso y despierta nuestra imaginación. Lo último que tenemos son las zapatillas con decoraciones de coco”, comenta a EXPRESO Paula Marquínez, quien se especializa en llaveros y sandalias a base de coco.
El reciclaje de coco en esa ciudad, como en el resto de la provincia de Esmeraldas, es común y fundamental para la elaboración de las artesanías. “Nosotros acudimos donde las personas que venden coco raspado. Ellos siempre tienen las cáscaras de coco vacías. Nos obsequian esas cochas de coco y así también nos ayudan a mantener viva la tradición”, comenta Niria.
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Leer másLa Casa de la Cultura de San Lorenzo impulsa, cada vez y con mayor volumen, las artesanías a base de coco, convirtiéndolas en la primera atracción en cuanto a souvenirs para la observación de los turistas.
“También procesamos el coco manila que es pequeñito. Con este tipo de coco hacemos, por ejemplo, las maracas, para ello lo limpiamos, lo ponemos a secar, le introducimos semillas de achira para darle el sonido, le ponemos el palito de madera para sostener y luego le damos el brillo”, añade Niria, mientras hace un recorrido por las piezas de coco y explica cómo les atrae, cada vez más, esos productos a los turistas.
- Exhibición. Más de 100 piezas de coco se exhiben en la Casa de la Cultura de San Lorenzo, a turistas y locales. Los precios van de $2 a $12 en promedio.
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