Colada morada y guaguas de pan, manjares de los pueblos andinos

Las calles de las ciudades y los pueblos huelen -al entrar noviembre- al aroma del hervido de hierbas que se alista para preparar ‘la morada’, aunque en regiones como Quito en Ecuador, el deguste del manjar llega a niveles de competencia.

Por eso, el Municipio de Quito ha preparado varios festivales de la comida de difuntos, sobre todo la colada morada que se puede degustar en los mercados de alimentos de toda la ciudad.

Cecilia Loachamín, quien vende comida en el Mercado Central, en el sector de La Marín, en el centro de Quito, es una de las finalistas del concurso municipal de la colada morada. En su puesto, en la planta baja del edificio del Mercado Central, ella ofrece la colada morada con una guagua de pan por 1,75 dólares.

Pero si de tradición se trata, las guaguas de pan de Manuela Cobo también merecen estar en el podio, ya que ella representa a la tercera generación de una familia especializada en esta elaboración. Su hija, que la acompaña siempre, representa la cuarta generación de la estirpe panadera. Ella es propietaria de la tradicional Panadería San Juan, una tienda reconocida por sus quesadillas de pan fino, una rica pasta que en esta época se rinde ante las guaguas de pan.

“Se prepara con una masa muy rica y fina, que antiguamente se amasaba con manteca de cerdo, pero que ahora usa mantequilla”, señaló Manuela, al recordar que ella conoció del oficio cuando su abuelo era quien elaboraba el pan.

A su tienda, situada en el populoso barrio de San Juan, llegan muchos extranjeros, algunos atraídos por la fama que tienen sus quesadillas y también por las guaguas de pan. Por eso “tenemos mucho cuidado en la elaboración, pues esta tiene que ser de calidad absoluta”, añadió Manuela, quien en esta época vende diariamente unas 900 piezas de esta tradicional figura.