Colombia: San Antero rinde homenaje al burro
Un promedio de 63.000 asnos había en Colombia en 2013, según un censo agropecuario.
Con una población mundial que disminuye debido a su sacrificio para obtener sustancias cosméticas y porque ha perdido espacio en las tareas del campo con la industrialización, el burro es hoy una especie amenazada a la que se homenajea en el pueblo colombiano de San Antero.
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Leer másSegún el listado de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el burro está en peligro crítico de extinción, que es un paso previo a que se declare extinto en estado silvestre.
Tal como ocurre en Otumba (norte de México) o en la localidad zamorana de San Vitero (España), que también realizan festivales de este tipo, en San Antero, pueblo de 35.000 habitantes en el departamento caribeño de Córdoba que vive de la pesca, la agricultura y el turismo, se busca crear conciencia ecológica y preservar a los burros.
Con actividades que combinan las tradiciones religiosas y expresiones culturales para reactivar una economía que depende en gran medida de los visitantes que buscan las cristalinas aguas de la bahía de Cispatá, el Festival del Burro se convierte cada Semana Santa en una atracción en el norte de Colombia.
“Desde hace más de un siglo el festival se trataba de una celebración religiosa llamada ‘el paseo de Judas’ y desde 1987 en el municipio se decidió que además se debía rendir homenaje al burro, un animal importante en el desarrollo de nuestro pueblo”, explicó el alcalde de San Antero, Lormandy Martínez.
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Leer másAunque no hay cifras actualizadas de cuántos asnos hay en Colombia, el censo agropecuario de 1995 mostraba que la recua superaba los 300.000 pero en 2013 se había reducido a 63.000.
Desde 2016 el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) endureció las condiciones para exportar pieles de burro, que en específico van a China, ante las denuncias de que el sacrificio ilegal de los animales está reduciendo su población en el país. Incluso, en la Fiscalía General de la Nación hay investigaciones abiertas sobre el particular.
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Leer másCarlos Bertel, quien ha vivido sus 65 años en San Antero, afirma que la gente en los campos ya no quiere usar a los burros para sus tareas agrícolas porque prefieren las motocicletas, que les sirven como medio de transporte y de carga, tareas para las que tradicionalmente se usaba a estos animales.
La situación de los burros no es grave solo en Colombia. La reina emérita Sofía de España advirtió hace unos años sobre la amenaza para la supervivencia de estos animales luego de ver en un viaje a África “pieles secando al sol para exportar a China” en donde las procesan para producir ejiao, una gelatina usada para elaborar desde cosméticos hasta reconstituyentes.
Desde que comenzó su domesticación, hace unos 7.000 años en el este de África, la cantidad de burros ha ido decreciendo y en la actualidad se calcula en 50 millones de ejemplares, pero se estima que al terminar la década quedarán apenas unos 22 millones.