¿Cómo combatir la delincuencia?
Hay muchas fórmulas que van más allá de un simple estado de excepción. Algunas sugerencias que, al menos en Ecuador, nunca han intentado practicar
Cuando has intentado solucionar un problema, utilizando una y otra vez la misma fórmula, sin obtener el resultado esperado, significa que tienes que cambiar de fórmula. Es una necedad insistir con estados de excepción que poco o ningún resultado han dado.
Para combatir la delincuencia común, el narcotráfico, la violencia carcelaria y los crímenes por encargo, hay muchas fórmulas que van más allá de un simple estado de excepción. Los estados de excepción no sirven para nada si durante ese tiempo no se toman medidas que verdaderamente sorprendan a los criminales y los desalienten a seguir delinquiendo.
Me atrevo a dar algunas sugerencias que, al menos en Ecuador, nunca han intentado poner en práctica, ya sea porque quienes deben hacerlo son unos ineptos o porque quienes deben hacerlo, realmente no quieren hacerlo.
- ¿Cómo tener un verdadero control de armas?
Hay quienes piden que todo el mundo pueda portar un arma. Créanme que por ahí no va la solución. Solo empeoraría la situación con más muertos en las calles. La clave está en que nadie pueda portar un arma. Hay que quitarles las armas a los delincuentes con operativos eficientes.
1. Inspección de vehículos y zonas rojas, no en los mismos lugares de siempre que ya todos conocen. Con trabajo de inteligencia, se puede saber cuáles son las zonas donde están las armas y, ahí sí, entrar con toda la fuerza necesaria.
El SNAI ahora se autoregula las acciones en las cárceles
Leer más2. Frenar a raya el ingreso clandestino de armas por las fronteras. Esos fusiles que vemos en la televisión no ingresan por el aeropuerto ni se fabrican aquí. Ingresan por las fronteras con Perú y Colombia. Es ahí donde los militares deben ejercer mayor control.
3. Inspeccionar las fábricas de armas nacionales y hacer un inventario para saber cuántas verdaderamente se producen, dónde están y quién las tiene.
4. Recompra anónima por armas. Esta es una medida que ha tenido mucho éxito en otros países. El Gobierno paga por cada pistola o revólver que se devuelve, sin preguntar de dónde viene ni solicitar el nombre de la persona que la devuelve.
- ¿Qué hacer para prevenir sicariatos y secuestros?
1. Prohibición definitiva y total de dos personas en una moto, al menos de dos hombres adultos. La mayoría de los sicariatos y robos a transeúntes son realizados por dos hombres en moto. ¿Cuándo lo van a entender?
2. Prohibición de películas antisolares o de artefactos que impidan la visibilidad hacia el interior de un vehículo. Sé que es una medida controversial por diferentes razones, pero estamos frente a un enemigo que saca provecho de estas facilidades. Todos los secuestrados han sido llevados en automóviles con vidrios oscuros.
3. Tampoco se puede permitir vehículos sin placas o con placas despintadas. ¡Al tarro!
4. Mucha más iluminación y más cámaras de seguridad en las ciudades, especialmente en las zonas marginales. Se ha demostrado que la iluminación es disuasiva y ahuyenta al delincuente, especialmente si va acompañada de cámaras de vigilancia. El pillo tendrá temor a ser identificado y apresado.
- ¿Qué hacer para eliminar la violencia carcelaria?
Ya es hora de quitarle el control de las cárceles a gente que no puede o no quiere controlarlas. No es posible que a las cárceles ingrese armamento de grueso calibre en las cantidades que vemos; eso debe parar hasta por el bien de las mismas personas privadas de libertad.
Los Choneros y Los Tiguerones: El pacto que habría provocado el caos penitenciario
Leer másEn Uruguay encontraron una fórmula muy original. Crearon una coadministración entre reclusos y Estado. Y, aunque parezca extraño, esto funcionó y la violencia disminuyó. Incluso, una de las prisiones funciona como un pueblo, donde los presos se contratan unos a otros para que produzcan y construyan.
Otra solución puede ser solicitar ayuda internacional y entregarle la administración de las cárceles a gente especializada en el manejo penitenciario, que garantice la creación de prisiones de máxima seguridad, donde estén los asesinos, violadores y criminales muy violentos. De mediana seguridad, donde estén los robacarros, estruchadores, violentos que no hayan asesinado, y de mínima seguridad, donde estén aquellos que no pagan pensiones alimenticias, o los que han ocasionado accidentes de tránsito o no han pagado impuestos.
Estas son algunas acciones inmediatas que pueden tomarse, pero que obviamente deben ir acompañadas de políticas públicas de largo plazo que faciliten el acceso a empleos y a una mejor educación, para disminuir la pobreza y la violencia. Después de todo, aquel ciudadano que no consigue un trabajo ni dinero para llevar la comida a la mesa siempre estará tentado a seguir el camino fuera de la ley, aunque eso signifique acabar con la vida de otro ciudadano.