Las comisiones ocasionales del Legislativo, intrascendentes y a la carta

Un nuevo escándalo coyuntural motivó a que el Pleno de la Asamblea Nacional mocione la conformación de una nueva comisión multipartidista temporal, como ya lo ha hecho en otras ocasiones durante el vigente periodo legislativo, para investigar una presunta trama de corrupción dentro del sector eléctrico que, además, tiene como uno de sus protagonistas al cuñado del presidente de la República, Danilo Carrera. Sin embargo, expertos consultados por este Diario señalan que dichas mesas tienen un “histórico negativo” de intereses que las orilla a la intrascendencia.

“(La creación de las comisiones) no es solo de este periodo legislativo, en anteriores también se han conformado varias para un sinnúmero de cosas”, señala Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, quien además considera que la proliferación de estas mesas legislativas provoca que “no haya mayor trascendencia de su trabajo”. Esto, según indica, porque sus informes no suelen ser contundentes como para que el resto de las instituciones del Estado actúen sobre lo que se estaba investigando.

Por el contrario, Alarcón sostiene que, en la mayoría de casos, las comisiones ocasionales multipartidistas “han sido un instrumento político para satisfacer el ego y la vanidad de los asambleístas y de sus organizaciones políticas”. Incluso recuerda que la conformación de las mesas se logra con votos y estos están sujetos a intereses partidistas. Como muestra de ello quedan las destituciones de Guadalupe Llori y Yeseña Guamaní como presidenta y segunda vicepresidenta, respectivamente, de la Asamblea gracias a las comisiones para ello.

Por ello, Herny Cucalón, jurista y exasambleísta nacional, recuerda la importancia de que estas comisiones sean lo que deberían ser: ocasionales. “Por algo el Legislativo tiene mesas permanentes que con el tiempo han ido aumentando para que no quede nada en el aire”, señala y alerta que la proliferación de estas iniciativas puede “desnaturalizar” el concepto de las mismas ya que, según explica, el interés de las bancadas radica en controlar la conformación de estas mesas para investigar.

Al igual que Alarcón, el exlegislador encuentra intrascendente la labor de algunas comisiones ocasionales por la ausencia de elementos nuevos que ayuden a la investigación y fiscalización de casos. Un ejemplo de ello es la mesa temporal conformada para indagar el femicidio de María Belén Bernal que “no tuvo nada de nuevo y fue absolutamente genérica en vincular sin mucha fundamentación al presidenta de la República, Guillermo Lasso, tratando de configurar un crimen de Estado sin ninguna sola prueba”.

Pese a sus críticas sobre la proliferación de estas mesas temporales, Cucalón destaca que “no niego la facultad (de la Asamblea) de investigar, pero los legisladores deben (tratar los temas) con responsabilidad”. Misma que, según Alarcón, debe estar acompañada por la sensatez de los asambleístas y su profundo convencimiento de respetar la institucionalidad de la Función Legislativa. Caso contrario, indica que “estas acciones para alimentar apetitos políticos, siguen minando la credibilidad del Legislativo”.