Comunidades indígenas y brocoleras: sin consenso tras reunión en Pujilí

Después de cerca de cuatro horas de reunión entre las autoridades, representantes de las empresas brocoleras y las comunidades indígenas, no se alcanzó un consenso sobre los conflictos relacionados con el supuesto bombardeo de nubes, la redistribución del agua, la suspensión definitiva de los vuelos de la escuela de aviación que opera en Latacunga y el cambio total o parcial de los cultivos de brócoli.

El encuentro se desarrolló en el coliseo de Pujilí, donde los dirigentes indígenas dejaron claro que la salida definitiva de la escuela de aviación no está sujeta a negociación. “Deja de volar la avioneta roja y llueve, ¿cómo nos explican eso?”, afirmó Santiago Millingalle, presidente de la Organización de Pueblos Indígenas de Pujilí (OPIJ).

Millingalle señaló que las comunidades han mantenido acciones de resistencia progresivas contra las cuatro principales haciendas brocoleras. Según detalló, los habitantes de la zona occidental de Salcedo y Pujilí se han organizado para mantener vigilias permanentes durante las 24 horas del día.

Retiro de la reunión

Entre los participantes estuvieron el gobernador de Cotopaxi, Nelson Sánchez, representantes del Ministerio de Agricultura y Ganadería, la Secretaría del Agua y miembros del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC). El gobernador Sánchez afirmó que las respuestas a las demandas presentadas durante la marcha del 15 de noviembre se entregarán el 6 de diciembre, dentro del plazo establecido. Sin embargo, abandonó la reunión argumentando que no seguiría escuchando propuestas, sino que respondería conforme a lo previsto.

Sánchez también dispuso al Ministerio del Agua revisar las concesiones de agua de riego en la provincia y aseguró que la avioneta roja, señalada por las comunidades, no está operando desde el aeropuerto. Además, invitó a los dirigentes a verificar la suspensión de los vuelos.

Su salida incrementó la tensión entre los asistentes, aunque los representantes de las brocoleras permanecieron en el lugar para continuar el diálogo, que tampoco logró acuerdos sobre la rotación o sustitución de cultivos.

Brocoleras defienden sus actividades

Elena Berrazueta, representante de las haciendas brocoleras, se comprometió a implementar una rotación de cultivos, pero rechazó la posibilidad de abandonar la siembra de brócoli, alegando que ello comprometería las exportaciones y pondría en riesgo alrededor de 20 mil empleos directos e indirectos.

Como alternativa, propuso trabajar junto a las comunidades en campañas de reforestación y protección del páramo, una iniciativa que fue rechazada por los asistentes, quienes insisten en la salida definitiva de las brocoleras.

Resoluciones sin consenso

Sin acuerdos concretos, los dirigentes anunciaron que regresarán a sus comunidades para reorganizarse y endurecer las protestas. Además, continuarán con las vigilias en las haciendas y el aeropuerto, a la espera de respuestas sobre la redistribución del agua y la suspensión definitiva de los vuelos de la escuela de aviación. (GT)

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