La conciencia, el mejor termometro

T odas las personas tenemos un juez muy severo dentro de nuestro ser que se llama conciencia. Se demuestra y nos anticipa si son buenas o malas nuestras actitudes.

Lamentablemente, señor Director, no escuchamos a esta nuestra conciencia y solo actuamos y nos dejamos llevar por nuestros caprichos.

De esa forma, injuriamos o mentimos y después nos escondemos para no dar la cara, ya sea por nerviosismo o por vergüenza, cuando lo único que es acertado es disculparse con quien se ofendió para no guardar el mea culpa, que nos taladrará la conciencia.

Héctor García Rivera