El conflicto trabajo-familia desborda a los maestros que laboran desde casa
A mayor presencia de este choque, aumenta el esfuerzo y se alarga la jornada docente, dice un estudio local. La afectación es mayor para las mujeres
Si está comprobado que los escolares no aprenden igual de modo virtual que presencial, un estudio confirma que los maestros tampoco pueden enseñar igual de manera remota. El conflicto empleo-familia aumenta el esfuerzo y el tiempo que deben dedicarle a su trabajo, lo que reduce la calidad de este, señala una investigación de cuatro catedráticos de universidades locales.
El estudio analizó el impacto de la pandemia en la labor de los maestros de educación básica sin una experiencia previa en la enseñanza remota.
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Leer másBásicamente, determinó que cuando el conflicto trabajo-familia es mayor, el esfuerzo y el tiempo requeridos para su labor se incrementan. En cambio, la calidad de su labor es superior cuando se reduce la influencia de ese choque de roles.
Este es un término que se refiere a la mutua y constante interferencia de sus roles de profesores y padres de familia, los cuales borran sus límites de espacio y horario cuando la tarea laboral se realiza en la casa. Más aún, con los repetidos confinamientos por la pandemia.
La profesora Carmita Agurto da fe de ello. Con 18 años en el magisterio, en los últimos dos ha tenido que combinar las clases a sus alumnos y reuniones virtuales con sus colegas con la preparación de la comida o la atención de las necesidades de sus dos pequeñas hijas. “Me toca llevar la computadora a la cocina para poder seguir alguna reunión mientras estoy cocinando”, relata.
Su esposo, Henry Ramos, también profesor fiscal desde hace 23 años, quien alterna con ella las tareas del hogar y el cuidado de las niñas, recuerda que el paso a la virtualidad los obligó a aprender sobre la marcha el uso de plataformas y aplicaciones, pero mientras tanto, el tiempo de sus labores se alargaba: “En la escuela el horario termina a las 13:30. Pero en la casa no tiene una hora fija”.
“A ello se suma una sensación de insatisfacción con el resultado. Sienten que, como profesores, no logran la calidad de trabajo que desearían”, expresa Milton Paredes, uno de los autores del estudio junto a Hólger Barriga y Ronald Campoverde, de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), y Christian Rosero, de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES).
Coinciden con otros estudios en que el conflicto trabajo-familia provoca efectos negativos como agotamiento laboral, disminución del desempeño y reducción del bienestar personal. También en que la sobrecarga suele ser mayor para las mujeres que para los hombres. No es un dato menor si se considera que, en Ecuador, de cada diez maestros públicos, siete son mujeres. (72%).
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Leer másCampoverde lo asocia con el aspecto cultural que tradicionalmente asigna más responsabilidades en el hogar a las mujeres. Pero a la vez acota que ellas han mostrado un mejor manejo del agotamiento físico y mental que los varones.
Barriga agrega los posibles efectos en la salud mental de los maestros, pues entre los consultados en la investigación hallaron casos de estrés, depresión, ansiedad o tristeza.
Su estudio se diferencia en que pone énfasis en la calidad del trabajo docente. Y aunque lo realizaron en 2021, creen que tiene vigencia porque el recrudecimiento de la pandemia ha obligado a retomar la enseñanza remota. Y porque ha quedado demostrado que esta será necesaria en futuras crisis o situaciones de emergencia.
Pero consideran que es posible extrapolar algunas variables de los resultados de su investigación con maestros a otras ocupaciones o profesiones que también han debido pasar a la modalidad remota.
El conflicto de la familia en el trabajo ha tenido un efecto en la calidad de sus labores.
FICHA TÉCNICA DE LA ENCUESTA
- La muestra. La encuesta se realizó en julio de 2021 a 1.114 maestros de educación básica del sector público.
- Género y experiencia. El 22,3 % se identificó como hombre y el 77,4 % como mujer. La media de edad fue 39 años, y 2 hijos.
- El magisterio. En el período 2019-2020 había 151.795 profesores públicos: el 72 % mujeres y el 28 % hombres.
FE DE ERRATAS. En una versión anterior de esta nota se publicó: "No es un dato menor si se considera que, en Ecuador, de cada diez maestros públicos, tres son mujeres. (72%)".
Lo correcto es "siete son mujeres. (72%)". Ofrecemos disculpas por el error.