Conmocion en Bolivia por asesinato minero
La Paz / Agencias
Bolivia lloraba ayer el asesinato del viceministro del Interior, Rodolfo Illanes, a manos de mineros que bloqueaban vías y con quienes intentó negociar sus reivindicaciones laborales, una protesta que para el Gobierno es parte de una conspiración política.
A raíz de la situación, los piqueteros se retiraron en la madrugada de las vías que disputaron durante tres días a punta de dinamitazos con los policías, en choques que también dejaron dos mineros muertos y unos 20 agentes heridos.
Illanes, secuestrado el jueves por mineros que cortaban una ruta, fue asesinado por sus captores. Su cuerpo fue abandonado envuelto en una frazada cerca de la carretera Oruro-La Paz. Desde allí fue trasladado por la madrugada a una clínica para la autopsia legal.
“La causa de la muerte ha sido básicamente por derrame cerebral. Hay costillas fracturadas también”, declaró el fiscal a cargo del caso, Edwin Blanco.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, tras reunirse con su gabinete de ministros, expresó su “profundo dolor” por el hecho e instó a las autoridades judiciales a dar con los autores materiales e intelectuales de este “asesinato tan cobarde”.
Illanes, asesor del sindicato cocalero, del cual el mandatario es líder desde hace casi 30 años, fue declarado “héroe defensor de los recursos naturales”. El Gobierno declaró duelo nacional de tres días sin suspensión de actividades. Su cuerpo será velado en el presidencial Palacio Quemado de La Paz.
Los principales directivos de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin) mantenían en tanto silencio absoluto, en contraste con las voces de dolor e indignación.
“En esta movilización de Fencomin había una conspiración política y no una reivindicación social para el sector”, manifestó el mandatario.
“Siento que esta conspiración permanente está usando a discapacitados... a los cooperativistas” para afectar al Gobierno, sostuvo. Recordaba así las recientes protestas que han organizado transportistas y colectivos de discapacitados en demanda de mayores beneficios.
La protesta ha generado una fuerte tensión política, porque los manifestantes, que exigen cambios en la Ley de Cooperativas Mineras para poder firmar contratos con empresas privadas, eran hasta ahora aliados clave del Gobierno.