
La Constituyente abre otra etapa en la crisis venezolana
La nueva Asamblea se inauguró en medio de fuertes cuestionamientos. Hoy comenzará a sesionar. La excanciller Rodríguez fue elegida como presidenta.
La todopoderosa Asamblea Constituyente se instaló en Venezuela, en ausencia del presidente Nicolás Maduro, pese al rechazo internacional y de la oposición que aseguran amenaza la democracia.
“Se ha instalado una Asamblea Constituyente con poder para actuar. Empezaremos a actuar desde mañana (hoy). No se sorprendan”, aseguró en su discurso la excanciller Delcy Rodríguez, quien tomó juramento como presidenta, vestida de rojo, con una bandera venezolana en la mano y la Carta Magna que se va a cambiar.
Con un gran retrato del fallecido presidente Hugo Chávez y del libertador Simón Bolívar, Rodríguez ingresó, con el dirigente Diosdado Cabello y la primera dama Cilia Flores -también asambleístas- al salón elíptico del Palacio Legislativo, ante los asambleístas elegidos y la plana mayor del chavismo.
Este órgano plenipotenciario se instaló y comenzará a sesionar hoy sin ser reconocido por una decena de gobiernos latinoamericanos, Estados Unidos y la Unión Europea. Y bajo serios cuestionamientos por acusaciones de “fraude” en la elección, el pasado domingo, de los 545 asambleístas.
El Gobierno venezolano culmina así el asalto contra el Parlamento 20 meses después de su estrepitosa derrota electoral. Y lo hace para perpetuar su poder, pero instalado en una dimensión desconocida, porque la Venezuela real sufre a espaldas de la cúpula revolucionaria en medio de la mayor crisis económica, social y política de su historia, que devora sus bolsillos y sus sueños.
Tal y como estaba previsto, la juramentación de los 545 delegados de la Constituyente pasó por encima del Parlamento, decididos a convertirse en el Comité de Salud Pública de la revolución bolivariana, con “poderes plenipotenciarios”.
Pequeños grupos atendían el llamado a una marcha convocada en Caracas por la oposición, que considera la Constituyente un “fraude” con el que Maduro busca perpetuarse en el poder e instaurar un régimen comunista.
Dos días antes de la toma de posesión de la Constituyente, la empresa Smartmatic, que dio soporte tecnológico a los comicios, denunció que el Consejo Nacional Electoral (CNE) “manipuló” la cifra de votantes.
Según el CNE, sufragaron ocho millones de electores, un millón más de lo que calcula Smartmatic, en unos comicios donde la asistencia era clave, pues la MUD asegura que logró el 16 de julio 7,6 millones de votos en un plebiscito simbólico contra la Constituyente.
La denuncia golpeó aún más su legitimidad, cuestionada desde un inicio porque Maduro la convocó sin referendo previo y porque su sistema comicial, según los opositores, favorecía el control al Gobierno.
La crisis venezolana será tratada hoy por los cancilleres del Mercosur en Brasil y por ministros del continente en Perú, la semana próxima.
El Gobierno ha advertido que la Constituyente, encargada de sustituir con un nuevo texto la Carta Magna de 1999 impulsada por Chávez, se ocupará de la fiscal y los parlamentarios y dirigentes opositores.
En plena tensión política, un magistrado nombrado por el Parlamento, opositor al Gobierno, fue arrestado, otros cinco se refugiaron en la embajada de Chile, y Panamá le concedió asilo a dos más ayer.