El caso de Peter Calo evidencia el nulo proceso de selección de candidatos 

Para llegar a ser asambleísta no se necesita de méritos ni probidad. A diario, en la Asamblea Nacional queda de manifiesto el desconocimiento de los principios más elementales del derecho, la historia e incluso de las buenas maneras.

A este lamentable cuadro se suman los escándalos de corrupción y ahora de violencia sexual, que hacen que en cada administración haya asambleístas procesados penalmente.

Peter Calo es el último. Por orden judicial acudirá al pleno del Legislativo portando un grillete electrónico, mientras es investigado por la posible violación a una joven de 19 años. Se trata del segundo proceso penal, pues en febrero la Fiscalía de Salcedo, en Cotopaxi, le presentó cargos por estafa.

Lejos de que Calo sea una excepción, otro legislador que acudió con grillete y hasta con dos sentencias fue Mariano Curicama. Fue hallado culpable de concusión, por haber cobrado diezmos a sus antiguos colaboradores en la Prefectura de Chimborazo.

Otros legisladores que han sido procesados son Eliseo Azuero y Daniel Mendoza por delincuencia organizada. Yofre Poma, sentenciado por la paralización de servicios públicos durante una incursión violenta a las instalaciones de Petroecuador, en 2019. En la lista también están Nívea Vélez, Norma Vallejo y María Alejandra Vicuña por concusión y Esperanza Galván, por cohecho.

Para el docente en Ciencias Políticas de la Universidad Central, Andrés Ortiz Lemos, una forma para mejorar los perfiles que llegan a la Asamblea es desbloquear la lista de los candidatos. “Ahora se vota por el partido y no es necesario conocer a las personas. Eso hace que la persona que encabeza la lista sea la más famosa, pero no la mejor en su área de trabajo, con mayor experiencia, etc.”.

Lemos dice que el primer paso es escoger a los legisladores de forma individual y desbloquear las listas. “Ahí tienes la posibilidad de que personas más probas puedan ser llevadas a la Asamblea”.

Su segundo criterio es que los candidatos puedan tener alguna credencial académica, ya sea a través de un título o validando sus conocimientos equivalentes a través de aportes intelectuales, culturales o sociales.

Inkarri Kowii es sociólogo Kichwa-otavalo. Dice que es importante que los políticos que representan al pueblo tengan méritos. “Los partidos, que son uno de los filtros que tenemos, no están eligiendo bien”. En el caso de los pueblos y nacionalidades indígenas, un valor que se debe respetar, dice Kowii, es a los buenos líderes que no usan la violencia para convencer, sino las ideas.

Mauricio Alarcón, director ejecutivo de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, también dice que los perfiles que llegan a la Asamblea es responsabilidad de las organizaciones políticas, que con tal de ganar elecciones postulan a cualquiera. “No es problema de títulos, no es asunto de formación. Dentro de los partidos políticos debe haber controles internos y estándares mínimos sobre integridad y probidad”. A los ciudadanos les incentiva a seguir haciendo control social. Exponiendo a los que no pagan pensiones o impuestos o tienen cuentas pendientes con la justicia.

• Ley. Para ser legislador se necesita ser mayor de edad y gozar de los derechos políticos. Pueden participar aunque estén en un proceso penal sin sentencia.