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Isabel Gonzáles dio un giro a su vida cuando le diagnosticaron un enfermedad cardiaca. Ahora dice disfrutar de las cosas sencillas que le dan paz.Ángelo Chamba/EXPRESO

El corazón, el órgano que es más vulnerable en las mujeres

En Ecuador la mayor causa de mortalidad entre mujeres está relacionada a enfermedades coronarias. Los especialistas lanzan un S.O.S para la prevención

El 1 de octubre de 2020 es una fecha que Isabel González no olvidará jamás. Ese día se conectó para hacer teletrabajo en el call center de una entidad pública en la que laboraba. Venía arrastrando episodios de estrés desde que se contagió de Covid-19, tres meses antes. Atendía una llamada y una usuaria se puso difícil y la maltrató. De pronto, estallaron todos los síntomas.

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Isabel, de 48 años, empezó a experimentar una ansiedad que no había vivido antes. Su cuerpo se debilitó y lo siguiente que sintió fue un dolor en el lado derecho del estómago. Se quedó dormida pero cuando despertó la intensidad era insoportable. Un familiar le dijo que podrían ser cálculos vesicales, pero luego de varios estudios se determinó que lo que tuvo fue un preinfarto.

“Corrí con algo de suerte”, reconoce, porque luego conoció que ese mismo año más de 6.000 mujeres en el Ecuador murieron por problemas relacionados con el corazón. Esta fue la principal causa de decesos en el sexo femenino en 2020, según un estudio del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), incluso por encima de los casos de coronavirus confirmados.

De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Ecuador la mortalidad prematura por enfermedad cardiovascular se ubica en el 21% en mujeres de 30 a 69 años.

La especialista en coronariopatías María Sol Calero dice que este se está convirtiendo en un problema complejo al que no se le da la importancia que tiene. “Cuando pensamos en problemas serios en la salud de la mujer lo primero que se nos viene a la mente son diferentes tipos de cáncer, pero la estadística nos dice que no son la principal causa de mortalidad femenina”, señaló.

Los factores de riesgos se dividen en dos grupos. El primero es común entre hombres y mujeres y se relacionan con cuadros de hipertensión arterial, diabetes, obesidad, el sedentarismo o las alteraciones del colesterol y triglicéridos.

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“Pero hay otro grupo de factores de riesgo que son propios de las mujeres como la preclamsia, la hipertensión en el embarazo, la diabetes gestacional o el uso de anticonceptivos orales sin un control médico adecuado pueden predisponer aún más a una mujer a tener una enfermedad cardiaca”, explicó la especialista.

A eso se suma el ritmo de vida que impone la modernidad en el que las mujeres cumplen roles en casa, pero también en sus lugares de trabajo con la misma o mayor intensidad que otros integrantes de la familia. 

En zonas alejadas de las grandes ciudades, la visita a los sistemas de salud incluso no es vistos como una prioridad, lo que dificulta más la detección del problema.

Prevenir antes que curar

Las recomendaciones sobre cómo llevar una vida saludable abundan, más con la proliferación de páginas electrónicas y aplicaciones especializadas en temas médicos y de actividad física.

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La cardióloga María Sol Calero apunta a algo básico como primer paso de prevención antes de llegar a necesitar la ayuda de un especialista y tratamientos que muchas veces pueden extenderse de por vida.

“El ejercicio es una forma de prevención y tratamiento indispensable. Las mujeres muchas veces se justifican de que no tienen tiempo y lo van aplazando por días o semanas y eso va afectando su calidad de vida y la expectativa de vida”, señaló Calero.

La recomendación internacional es hacer ejercicio de moderada intensidad por los menos por 50 minutos a la semana. No hace falta ser rígidos e imponerse tiempos ni horarios. “La ventaja es que el ejercicio puede adaptarse a la rutina de cada persona. Si puedo hacer en la mañana 15 minutos y en la tarde 10 minutos, sirve porque voy sumando”, dijo la especialista.

Aunque suene a algo repetido, la alimentación también juega un papel determinante en un país como Ecuador en el que el consumo continuo y la combinación de carbohidratos en una misma comida es visto hasta como una tradición. “No es cuestión de suspender esa alimentación. Debemos aprender a equilibrar la cantidad y combinar con frutas o ensaladas”, aconsejó Calero.

Isabel agrega su propia recomendación: “hay que tener amor propio y preocuparse por una misma”, dice. Se refiere a prestar mayor atención a los signos y señales que da el organismo. A buscar un tiempo para salir de la rutina, despejar la mente y cultivar el cuerpo y el alma.

“Esa es la única forma de estar bien con los demás. Con los hijos, en la casa con los seres que queridos. Es la dura enseñanza que me deja esta enfermedad que para mí se hizo crónica, pese a ser una mujer todavía joven,”, concluye.

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Una iniciativa

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología presenta el proyecto Ahora-Tú que contará con charlas informativas impartidas por médicas especializadas en prevención y detección.

A la par, trabajarán en un plan con enfoque social con la realización de jornadas de atención médica y el fortalecimiento académico de la investigación sobre las enfermedades cardíacas en las mujeres ecuatorianas. La información detallada sobre el programa se encuentra en la web www.ahora-tu.com.