Coronavirus: Cuando el lema ‘quedarse en casa’ no funciona para todos
Personas en situación de calle duermen en las bancas y plazas públicas. No tienen protecciones. Especialistas coinciden que son puntos de contagios.
El mensaje ‘Quédate en casa’ no funciona para quienes no la tienen. En la lista entran indigentes, extranjeros sin techo, abandonados y los que viven en pobreza extrema. Y aunque ya se han habilitado albergues, todavía se observan personas que pernoctan en los portales y plazas de la ciudad.
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Leer másUna situación que preocupa tanto a residentes como a especialistas de la salud, quienes temen que estos espacios se conviertan en focos de infección de coronavirus. Tal como publicó EXPRESO en reportajes anteriores donde expertos -a nivel mundial- han dicho que el virus puede vivir más tiempo en materiales como cartón, cobre o acero.
Por ejemplo, en la plaza Vicente Rocafuerte, ubicada en la avenida 9 de Octubre y Pedro Carbo, decenas de personas descansan en los bajos de los árboles o bancas metálicas que decoran el emblemático espacio porteño que alberga a la iglesia de San Francisco, que cerró sus puertas para evitar la propagación del COVID-19.
En los alrededores de la plaza se levantan una veintena de locales comerciales, donde los portales han sido ocupados tanto por jóvenes como por adultos, quienes llevan consigo sacos con botellas plásticas, cartones y “cualquier cosa que sirva para vender”, relata Darío, quien llega a dormir a este lugar desde hace unos días.
A juicio del médico epidemiólogo Mario Paredes, actualmente se ha pasado de la fase 3 (transmisión comunitaria) a una transmisión comunitaria sostenida, por lo que es necesario que los gobiernos ejecuten más acciones para limpiar el suelo.
Una de ellas es utilizar una solución ya sea de agua con cloro o de agua con detergente que sirven para “romper la cápsula del virus, que si bien este es pesado, puede alojarse sobre ciertas superficies y permanecer latente en este espacio”, sostiene.
Añade que las últimas lluvias registradas en la ciudad ayudaron a que las personas guarden la cuarentena en sus viviendas, pero la acumulación de estas aguas pueden causar a las personas sin hogar el contagio de otro tipo de enfermedades bacterianas graves o patologías a nivel de vectores.
Comenta que otra alternativa es la aspersión al ambiente en ultra bajo volumen por medio de bombas difusoras de agua y amonio cuaternario. “Estas dos estrategias pueden hacerse en la noche y de alguna manera evitar que el virus que esté en las calles afecte a las personas al momento de que salen de sus casas o a quienes pernoctan, especialmente, en el centro de la ciudad”, indica.
Un comentario similar expresa el médico epidemiólogo Federico Cabrera, quien afirma que la medida general es no salir de casa, pero quienes duermen en estos espacios deberían ser llevados a albergues. “La ciudad deberá estar limpia, y es competencia municipal”, complementa.
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Leer másSobre esta problemática, vecinos de las calles Lorenzo de Garaycoa y Francisco Campos se quejan, además, de la presencia de consumidores de drogas e indigentes que ocupan no solo los portales, sino también una pequeña glorieta ubicada en la esquina.
En tanto que para Gustavo Rivadeneira, presidente del comité de moradores del barrio del Salado, la mayoría de personas sin techo encuentran en esta emergencia una oportunidad para delinquir, aprovechando la infracción del toque de queda.
“Muchos simulan estar dormidos y al amparo de la noche escalan las fachadas de nuestras casas hasta ingresar por los balcones y robar como ya ha ocurrido con residencias ubicadas en Luque y Tulcán y en Lizardo García y Aguirre. Es un tema que hoy más que nunca debe ser atendido por las autoridades y el ministerio de Salud”.
Ante ello, según el departamento de comunicación de la Gobernación del Guayas, un promedio de 100 personas han sido acogidas en dos albergues en la ciudad, pero “es una cifra variable porque ellos se van y a veces no regresan”, detallan a través de un comunicado desde la institución.
Se tiene previsto que a lo largo de esta semana se termine de implementar el tercero que funcionará en el coliseo del parque Samanes, situado en el norte.
Por su parte, el pasado viernes, la Dirección de Acción Social y Educación (DASE) recibió en el Centro de Atención Municipal Integral (CAMI) de Pascuales a diez personas en situación de calle, pero al día siguiente “desertaron dos de los más jóvenes, quienes consumen drogas y ante el confinamiento voluntario reapareció el síndrome de abstinencia”, explicó Fernando Valverde, presidente de la Fundación Pan To Go.
Asimismo, agregó que el ingreso es voluntario y la permanencia no es obligatoria, pero quien sale no vuelve a entrar. “En el confinamiento voluntario conversan, rezan y recibirán periódicos y libros, y juegos de mesa como naipes y dominó. Además, se les ha pedido que colaboren con el mantenimiento de las instalaciones, en tareas sencillas como cortar la maleza para que aprovechen el tiempo”, señaló Valverde.