Salud admite pero quita hierro a que no haya UCIs en Quito
Nuevos infectados con coronavirus reciben atención en zonas recién adecuadas. Expertos advierten que el brote explosivo se verá a mediados de agosto
Cada quien tiene su propia versión de lo que puede ser considerado grave. El ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, reconoció ayer lo que se viene palpando desde hace varios días en Quito: no existe una sola Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) disponible en ningún hospital de la ciudad.
Escalada de COVID-19 en Quito
Leer másLa noticia que causó incertidumbre entre varios residentes de la capital intentó ser matizada por el propio ministro que aseguró que no es grave que no haya camas libres. “Los pacientes están siendo atendidos en las UCI y en otras que han sido adaptadas en emergencias. Hay un drama (titubea), no quiero que haya un drama. Quisiera dar a la ciudadanía la certeza de que los pacientes están siendo atendidos”, señaló.
Ayer, continuaron llegando personas diagnosticadas con COVID-19 a las casas de salud de Quito. En el Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) del sur se adecuó el área de emergencias con algunas camas y sillas y se proporcionaba oxígeno a las personas con sintomatología.
Lo mismo se hizo en el hospital Eugenio Espejo, en el de Calderón, en el Pablo Arturo Suárez y en el Hospital San Francisco, del Seguro Social, en el norte.
Según las cifras oficiales, hasta el 14 de julio la capital tenía 9.677 contagiados por coronavirus y 532 fallecidos. Solo en la última semana hubo un incremento de 1.538 infectados que las autoridades gubernamentales atribuyen a las pruebas que estaban rezagadas.
Libadores y jugadores de voley, entre los que irrespetan el toque de queda en Quito
Leer más¿Se puede considerar que Quito llegó a la cima de la curva de contagios? Sobre esto, el panorama es menos alentador. Un estudio realizado por epidemiólogos de la Universidad Central del Ecuador junto a expertos de Oxford predice que el “brote explosivo” se manifestará recién a mediados de agosto.
El epidemiólogo Alberto Narváez, que es parte de ese trabajo, considera que recién ahí los casos empezarían a bajar, aunque no inmediatamente, sino paulatinamente hasta fin de año. “Si solo mantenemos el semáforo amarillo y no se hace ninguna acción más de prevención podrían morir unas mil personas adicionales en Quito, que no deberían morir por falta de acceso a la salud, camas u oxígeno”, señaló.
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, en cambio, dijo la semana pasada que la capital se encontraba en su pico de contagios. “Esperemos que esto haya sido lo más alto y empiece a bajar”, señaló la funcionaria que prefirió calificar como difícil y no como grave la situación que atraviesa la ciudad.
Las pruebas que adquirió el Municipio de Quito pasarán por nuevos análisis
Leer másQuienes están en la primera línea de combate al coronavirus tienen su propia visión, alejada de la semántica de las autoridades. EXPRESO pudo conversar con una médico que se contagió cuando inició la pandemia y ya está de regreso en su unidad de servicio. “Los pacientes se triplican por día, y el personal está agotado física y psicológicamente. En términos médicos podría decir que el sistema está en terapia intensiva”, señaló.
Las pruebas tienen informe
El Municipio de Quito hará público hoy el resultado del estudio de verificación a las pruebas para detectar COVID-19 que habrían llegado defectuosas desde Corea del Sur.
El sábado, el laboratorio Synlab entregó los resultados al alcalde Jorge Yunda y el informe fue remitido a la Secretaría de Salud del Municipio, que será la encargada de emitir un pronunciamiento.
Personal municipal y transportistas son prioridad en la toma de muestras en Quito
Leer másEsto, luego de que la Universidad de las Américas (UDLA) determinara que las 100.000 pruebas que fueron adquiridas por Yunda en abril de 2020 tenían baja sensibilidad.
El alcalde fustigó ayer a sus detractores. “Miren que ahora políticos y algunos comunicadores se creen más que los científicos y de forma infundada dicen que las pruebas son chimbas”, dijo.
Yunda aseguró que este es “el peor momento para contagiarse” con coronavirus porque no hay disponibilidad de camas. Puso como ejemplo el hospital de asistencia temporal que empezó con ocho pacientes y hasta ayer ya tenía 150 nuevos.