El presidente Rafael Correa inauguró ayer un parque en los alrededores del edificio de la Unasur. Ahí, el mandatario aseguró que el país ha superado una recesión “tremendamente fuerte”. Calificó como “impresionante” la recuperación que habría tenido la ec

Correa sella su relacion con la iglesia con nueva discrepancia

Visita. El Gobierno pretendía que el papa Francisco llegara al país como invitado de la Presidencia. Los obispos le recordaron que el papa es jefe de la Iglesia.

Una mezcla de tensiones con momentos de calma. El Gobierno y la iglesia Católica han mantenido varios entredichos en esta década. El último, a raíz de la nominación de la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE).

El presidente Rafael Correa abrió, ayer, una nueva brecha con los jerarcas del clero, a escasos 17 días para que deje el poder. Al mandatario saliente no le cayeron bien las reflexiones que hizo monseñor Eugenio Arellano, el 28 de abril, cuando asumió la presidencia de la CEE.

Ese día, el obispo de Esmeraldas, dijo que Correa “simplemente nos deja un mal sabor de boca por favorecer única y exclusivamente al partido único. Un país con un partido único se presta a muchas cosas desagradables y ese sería mi deseo y el deseo de todos: un pluralismo sano que se fortalezca en Ecuador”.

Para el presidente, este es un criterio “impertinente y gratuito” del flamante líder de la Iglesia que mereció una respuesta, durante la inauguración del parque de la Unasur, en la Mitad del Mundo, al noroccidente de Quito.

“Que aquí hay un partido único, ¿por qué? Porque ganamos todas las elecciones con el favor del pueblo ecuatoriano ¡por favor! Y que el país está dividido (...) Quiere decir que antes el país estaba bastante unido, entonces, ¿por qué en diez años se botaron siete presidentes? ¡Ya basta!”, dijo Correa.

Pero también sacó a relucir un reclamo que lo tuvo guardado por casi cuatro meses. El primer mandatario criticó la carta pastoral que emitió la CEE en enero pasado, antes de las elecciones de primera vuelta, en la que se abordaban temas como la corrupción o la pérdida de empleos.

“Nos hicieron una carta que decía que la gente va a votar con rabia e indignación ¿Por qué? Porque los niños ya tienen escuelas decentes, porque nuestras familias ya tienen centros de salud, porque nuestra comunidad ya tiene espacios verdes gratuitos ¿por eso van a votar con rabia e indignación?”, cuestionó.

Este lunes, Arellano trató de bajarle el tono al conflicto. Él dijo a EXPRESO que el respeto que tiene hacia el presidente Correa le impide hacer comentarios sobre las últimas declaraciones. “Pero mantengo lo dicho”, aseguró el prelado.

Esta decisión puede estar relacionada con la conversación que tuvo Arellano con monseñor Fausto Trávez, expresidente de la CEE, en la que quedaron que “no se debe agredir”. “Yo pienso muchas cosas, pero no las digo. Es importante decir con prudencia y elegir el momento para hacerlo”, dijo Trávez en una entrevista publicada el domingo, por este Diario.

Ambos líderes religiosos se reunieron la semana pasada con el presidente electo, Lenín Moreno, para abordar varios temas como los planes para mejorar las condiciones de vida de los sectores menos favorecidos. Además, los obispos esperan que la nueva administración tenga “la fuerza para sanar heridas que se abrieron en los últimos tiempos, restaurar la unión”, dijo Arellano.