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Marcela Aguiñaga
La prefecta de Guayas, Marcela Aguiñaga, es presidenta del movimiento Revolución Ciudadana.Miguel Canales

El correísmo deja en evidencia su angustia con un tiro en el pie

Ni a través del prisma de la racionalidad se entiende la objeción a la candidatura de Christian Zurita

Analistas, académicos, periodistas y aficionados a la política… Todos podrían estar meando fuera del pilche cuando intentan explicar la lógica de las decisiones del correísmo desde el prisma de la racionalidad. Es quizá momento de considerar que hay decisiones que se toman desde la enajenación mental y la perversión de Rafael Correa. No hace mucho, el Financial Times publicó un largo y meticuloso análisis sobre cómo el ostracismo mental y la obsesión por la lealtad que sufre Vladímir Putin, explican el fracaso ruso en Ucrania.

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Ocurre con la decisión de la presidenta de la Revolución Ciudadana, Marcela Aguiñaga, de impugnar la candidatura de Christian Zurita. Uno de esos esfuerzos por explicar esta decisión con racionalidad, dice que la movida estuvo impulsada por el interés de dejar a la lista 25 de Villavicencio sin candidato y que los votos que tenga sean declarados nulos. Así se bajaría el porcentaje de votos válidos necesarios y la candidatura de Luisa González podría ganar en primera vuelta. Esta lucubración, sin embargo, choca con una obviedad: si la candidatura del correísmo estaba sufriendo las consecuencias de ser percibida como el bando que estuvo tras el crimen de Villavicencio, ahora con esta impugnación lo es mucho más. Lo de Aguiñaga es un épico disparo al pie: era lógico que la impugnación de Aguiñaga iba a exacerbar esa percepción de que son enemigos mortales de Villavicencio.

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Caricatura de Joseph.Granasa

Desde la racionalidad también hubo quienes ensayaron la tesis de que la impugnación era una forma de frenar una candidatura que, se supone, estaba creciendo por el efecto emocional desatado tras la muerte de Villavicencio. Pero aquí la razón tampoco alcanza para explicar lo ocurrido: ¿para qué querrían los correístas frenar una candidatura que emerge si el mecanismo utilizado significaba inmolarse? Lo mismo ocurre con la conjetura de que la Revolución Ciudadana ya se ve perdida y ahora le apuestan a que gane Jan Topic, con quien tuvieron estupendas y muy opacas relaciones: la indignación ante la impugnación no hace otra cosa que fortalecer la espiral emotiva a favor de la lista 25 y eso perjudica a Topic.

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Está asimismo la explicación que ensayó el propio Zurita. Según el candidato, las fuerzas políticas que quieren dejarlo fuera de la contienda lo impugnan porque tienen el temor de que aparezcan denuncias suyas que afecten a Luisa González y Jan Topic, como la que presentó este miércoles 16 de agosto sobre los contratos entre la empresa de los Topic y el Municipio de Guayaquil. ¿Pero qué ganarían sacándolo de la contienda si desde fuera de ella también puede presentar denuncias con el agravante de que su palabra estará cargada de mayor significado por la persecución de la que es víctima? Muy difícil hallar una explicación: la racionalidad no alcanza.

La candidatura de Zurita fue objetada por el correísmo, por estar afiliado a otro movimiento, lo cual es falso según el CNE.

En cambio, cuando se observan estos hechos desde el prisma de la perversidad y la enajenación mental, las cosas cambian. Las declaraciones de Rafael Correa este miércoles 16 de agosto a Sonorama permiten pensar que para entender algunas cosas que hace el correísmo hay que tener en cuenta factores que tienen que ver más con los desequilibrios psicológicos o hasta los daños cerebrales de Correa que con la lógica de la racionalidad. Ahí, el expresidente aseguró sin empacho ni rubor que los posibles autores del crimen son María Paula y Patricio Carrillo, del movimiento Construye que auspicia la lista 25. ¿La explicación? Según Correa, como la candidatura de Villavicencio no arrancaba era necesario matarlo. “Vieron que Fernando Villavicencio era más útil muerto que vivo… María Paula Romo y Carrillo pueden estar involucrados… La extrema derecha ecuatoriana que está dispuesta a todo, a asesinarme a mí”. Con un líder que puede llegar a tejer un razonamiento tan perverso, retorcido y enfermo como este, todo es posible. Incluso los actos políticamente suicidas.