Corrupción y populismo en Ecuador: mirar a un lado a cambio de soluciones
Los votantes ignoran el pasado judicial o la corrupción de los políticos si estos les ofrecen satisfacer sus necesidades
La popular frase “roba pero hace obras” parece haberse arraigado en el pensamiento de los electores de varios países, incluido Ecuador.
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Gobierno de Noboa promueve el discurso del nuevo Ecuador, rodeado de lo mismo
Leer másEn un escenario de normalización de la corrupción, de debilidad institucional y con necesidades permanentemente insatisfechas de la población, los votantes tienden a priorizar soluciones inmediatas a sus problemas, incluso si quienes las prometen (o los partidos que los respaldan) tienen sentencias o investigaciones por delitos contra la administración pública u otros de acción privada.
Lo anterior se respalda en los estudios de opinión como el Latinobarómetro, que en su edición del 2023 indicó que “el fenómeno más negativo de las democracias latinoamericanas en los últimos años es la corrupción al más alto nivel”.
El estudio explica que la corrupción menoscaba el poder del votante, produce una competencia desleal y mina las bases de la democracia “porque lleva a la presidencia a personas que sin esos fondos ilícitos no lo habrían logrado”.
Una dura sentencia
El Latinobarómetro sentencia: “La política se transformó en un botín para los corruptos en América Latina y eso ha debilitado la democracia”.
Giuseppe Cabrera
Pero lo que parecería un fenómeno ecuatoriano o latinoamericano, en realidad es “un problema de la democracia liberal” global, según el analista político y docente Giuseppe Cabrera. Lo demuestra el triunfo en Estados Unidos de Donald Trump, condenado y quien enfrenta 88 cargos. “La victoria de Trump es la pérdida de la democracia, de cómo se ven la corrupción y el autoritarismo”, argumenta Cabrera.
Sofía Cordero Ponce
Para la politóloga y docente Sofía Cordero Ponce, el apoyo a Trump está en una “clase media empobrecida, desgastada”, que observa que su país “ha dejado de ser un Estado de bienestar”.
Para Cabrera, “la democracia liberal no ha sido capaz de solventar las demandas insatisfechas de la gente”. El analista indica que “en Estados Unidos el Partido Demócrata dejó de ser un partido que representa a los trabajadores y, por tanto, a los trabajadores les da igual que Donald Trump sea una persona que ya está sentenciada... porque él tiene un discurso de respuesta”.
¿Por qué los electores apuestan por personas (o movimientos políticos) condenadas, investigadas o con pasados cuestionados?
En el caso ecuatoriano, Cordero Ponce explica que los votantes hacen una elección “pragmática”. No obstante, advierte que ese pragmatismo “no es informado, de gente que sabe de qué va la política, las propuestas... En el Ecuador el pragmatismo parte de la miseria, de la violencia”. Para ella, el elector busca a quien resuelva los problemas que le aquejan.
Cabrera añade que hay dos razones por las que el ecuatoriano apoya a candidatos y partidos que tienen deudas con la justicia. La primera es una razón material en la que Cabrera coincide con Cordero Ponce, pues trata sobre las necesidades insatisfechas. “Las sociedades que son más intolerantes con la corrupción son aquellas sociedades en las cuales las necesidades materiales básicas han sido suplidas”.
Para Cabrera, la Revolución Ciudadana (RC) es el partido más señalado por casos de corrupción, aunque asegura que todas las organizaciones políticas podrían ser cuestionadas por lo mismo. No obstante, al referirse a los votantes de la RC, Cabrera asegura que están “en las clases populares a las cuales sí les hace falta suplir esas necesidades básicas, principalmente en el hombre proletario, en las zonas de la Costa más marginales y en zonas de la Sierra”.
El segundo elemento, dice Cabrera, tiene que ver con “nuestra alta tolerancia a la corrupción”, a la que se suma la tolerancia a los autoritarismos. “Por eso, ni la corrupción ni el autoritarismo con los que ha sido relacionada la Revolución Ciudadana han sido un signo para que pierdan votos estos años. Esto también se ve con el Partido Social Cristiano”.
Populista y polarizador: ¿Un Trump ecuatoriano?
Daniel Crespo
El surgimiento de líderes como Donald Trump se explica por la conjunción de contextos políticos y sociales específicos. Según el internacionalista y docente universitario Daniel Crespo, Trump representa un perfil que desafía las normas tradicionales, lo que le ha permitido capitalizar el descontento ciudadano frente al establishment. Este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos. En América Latina, figuras similares (como Javier Milei en Argentina o Jair Bolsonaro en Brasil) han emergido en contextos de crisis institucional y desconfianza en la política tradicional. Aunque los paralelismos exactos entre Trump y otros políticos de la región son limitados, según Crespo, el ascenso de outsiders con discursos polarizantes es una constante global.
En Ecuador, Crespo señala que aunque los perfiles no se alinean completamente con el de Trump, ciertas figuras intentan emular la mano dura y el populismo. Daniel Noboa, por ejemplo, ha adoptado elementos del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, enfatizando el orden y la seguridad, pero sin las connotaciones de Trump. Jean Topic, con su imagen de dureza y autoridad, podría considerarse más cercano al perfil de Bukele, pero mantiene diferencias significativas en ideología y estilo.
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Leer másDe cara a las elecciones en Ecuador, Crespo indica que no existe, por ahora, un candidato con un perfil que emule a Trump. Crespo explica que las similitudes con Trump se limitan más a la retórica o ciertos enfoques, pero no a sus posturas proteccionistas.
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