COVID-19: Los decesos no van al ritmo de los contagios
El incremento de infectados es del 300 %, pero el de muertes es menor. Las camas de UCI están casi copadas, pero son el 30 % de las que hubo en 2021
En abril de 2020, cuando las cifras oficiales de COVID-19 daban cuenta de una situación distinta a la que percibían los guayaquileños, un indicador dio una idea más real de lo que pasaba: el exceso de fallecidos. Esto es la cantidad de muertes que superan el promedio considerado normal para un determinado periodo. Ese indicador muestra que en estos días hay una media de 32 decesos por encima de lo normal en Guayaquil, mientras en la fase inicial de la pandemia en 2020 superaba los 450 y en el día más crítico de 2021, los 300.
En cambio, con más de 42.000 nuevos infectados en la segunda semana de enero, casi 300 % más que en la semana previa, cuando fueron 15.000; y diez veces más que en la última de 2021, cuando fueron 4.000, este indicador compite con los picos más altos de lo que va de la pandemia.
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Leer másNo obstante, en este nuevo brote, atribuido a la presencia de la altamente transmisible variante ómicron, el aumento exponencial de los casos de contagiados no va de la mano con la cantidad de fallecidos. Las autoridades sanitarias del país y de la ciudad, así como médicos y epidemiólogos, lo atribuyen al hecho de que el 80 % de la población del país está totalmente vacunada contra el virus causante de la COVID-19.
En todo caso, existe preocupación de que este incremento de infectados sature las áreas de hospitalización y unidades de cuidados intensivos (UCI) de la red pública y privada.
En Guayaquil, el porcentaje de ocupación era hasta inicios de esta semana del 81 % en hospitalización y 97 % en UCI, según cifras de la Mesa de Salud del Municipio porteño. En valores absolutos, correspondían a 383 de 468 y a 231 de 238, respectivamente.
A nivel nacional, según Salud, hasta la segunda semana de enero la capacidad era de 1.375 en hospitalización y de 473 en UCI. Al 18 de enero, la cifra de pacientes en UCI es 413. Es decir, una ocupación del 87 %.
Salud ha aclarado que esa ocupación “no representa ni el 30 % de lo que llegamos a tener en el mayor pico de la pandemia” y que la van a ampliar a medida que se vea la necesidad, como en los picos anteriores. Por poner un ejemplo, en mayo de 2021 las camas UCI asignadas para esta enfermedad sumaban 1.082 en el país.
Las autoridades también han reiterado que, hasta ahora, entre el 70 y 80 % de los decesos por COVID-19 corresponden a personas no vacunadas o con vacunación incompleta. Y que los vacunados que fallecen suelen ser en su mayoría adultos mayores con alguna enfermedad agravante.
Hoy 45 exceso de entierros en Guayaquil. El promedio de exceso diario es de 38. pic.twitter.com/mh1ChITCjZ
— Carlos Oporto (@carlosoporto) January 19, 2022
ADULTOS MAYORES, ENTRE VACUNADOS FALLECIDOS
A diferencia de 2020, ahora los registros de defunciones especifican si son por COVID-19. Así, de las 45 muertes en exceso del 18 de enero en Guayaquil, 24 fueron por esta causa, según un análisis del matemático Juan José Illingworth, quien resalta la presencia entre ellas de personas totalmente vacunadas, en su mayoría adultos mayores.
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Leer másLas autoridades han indicado que solo entre el 20 y 30% de quienes mueren por el virus son vacunados y que la mayoría son quienes no han recibido la vacuna o no completaron las dosis. Illingworth cree en Guayaquil el porcentaje de vacunados fallecidos podría ser mayor, aunque coincide en que, proporcionalmente, aún son menos que los otros.
Así lo muestran los datos de 27 sepelios efectuados en uno de los cementerios de la ciudad los días 15, 17 y 18 de enero. En total, 16 estaban totalmente vacunados, (incluso, seis con tres dosis); 10 no estaban vacunados; y uno lo estaba parcialmente, es decir, con una dosis.
Illingworth lo resalta porque dice que si bien aún los no vacunados siguen siendo mayoría entre los fallecidos, hay un mensaje oficial equivocado que minimiza la actual incidencia de la variante ómicron, a la que se la presenta como una gripe, la cual supuestamente no va a causar la muerte de quienes estén vacunados, salvo que tengan alguna enfermedad agravante paralela o preexistente.
Por el contrario, al hacer un análisis cruzado por provincias, afirma haber hallado una ‘correlación negativa’ entre el indicador de exceso de fallecidos y el porcentaje de población vacunada. Advierte de que el tener una mayor cantidad de población vacunada no les significa tener un menor índice de exceso de fallecidos.