La COVID-19 no le dio espacio al ‘virus’ de la infidelidad
Agentes privados aseguran que la pandemia incrementó su trabajo en casos domésticos y empresariales. El teletrabajo disparó la investigación digital
Sin tregua. El inminente peligro por el contagio de la COVID-19 no frenó el despliegue de las investigaciones que, de forma reservada, llevan agentes o detectives privados de casos que no se ventilan en la justicia ordinaria, pero que pueden servir como prueba para iniciar o contribuir en acciones judiciales.
En 2020, un año marcado por una pandemia que ha cobrado la vida de miles de personas a nivel mundial, las agencias de investigación privada siguieron con los pedidos para seguirle la pista a alguien, en temas domésticos o empresariales, solicitados en su mayoría por empresas o profesionales del Derecho.
El abogado Paulo Morocho, gerente de Agentes Privados Moch, asegura que la pandemia no ha mermado la labor que desarrollan en las diferentes solicitudes de investigación que despliegan, a nivel nacional e internacional. No obstante, aclara que sí se dio un cambio en el trabajo de campo.
“La búsqueda de información no puede detenerse por una pandemia (...) pero en razón de que la movilización estaba restringida, hubo un boom de todos los servicios tecnológicos, por ejemplo: cámaras, micrófonos (...) porque la mayor parte de clientes empezaron a tomar ese tipo de servicios (...) De un trabajo de campo pasó a ser digital”, detalla Morocho como parte de los cambios que también se presentaron en esta área, lo que más bien fue una oportunidad que vieron para ofrecer su servicio personalizado. Lo que los llevó a capacitar a sus detectives para hacer instalaciones en casa, o a los mismos clientes, en la implementación de sistemas de espionaje.
Que es la micro-infidelidad
Leer másSegún las estadísticas que maneja la empresa, los cinco tipos de casos que más se tramitaron en 2019, siguieron casi a la par en las estadísticas de 2020. Entre ellos, las investigaciones por infidelidades, que prácticamente se mantuvieron en esos dos años en un promedio de 75 casos anuales, y cuyos costos pueden variar de 250 a 700 dólares, dependiendo de la complejidad de cada caso, entre otros factores.
Martín P. (pide que se lo identifique de esa manera por reserva de su identidad), de la agencia Detectives Ecuador, concuerda con Morocho al sostener que la tecnología los ayuda mucho en la actualidad para poder desplegar sus investigaciones, dependiendo del campo de acción.
“Puede ser una investigación de infidelidad, empresarial, de fraudes de seguros y, a veces, existen casos que nosotros le ponemos de estafa de labor”, además de esposos “extraviados” que se niegan a pagar la manutención de hijos, especifica Martín.
Cuenta que uno de los últimos casos que desarrollaron con la tecnología y la ayuda de profesionales de otro país, fue el de una ciudadana española que vive en Brasil, quien se sintió utilizada y engañada por su pareja, quien buscaba obtener la nacionalidad de ella sin su consentimiento.
Y aunque parezca mentira, asegura que a ellos también les aumentó el trabajo. “Ahora con el teletrabajo, con el asunto de la pandemia existe mucho más fraude. A nivel de empresa nos han llamado porque quieren constatar si los empleados están cumpliendo con las horas. Nos ha tocado ver casos de empleados que dicen estar haciendo call center, pero dejan a sobrinos, mientras ellos están haciendo compras”, revela el detective, como ejemplo de una actividad que parecía liquidada por el virus de la COVID-19.
EMPLEO
Una baja en seguridad privada
Jhon Garaycoa, presidente de la empresa Mac Security, sostiene que en el caso de ellos, las investigaciones personales, empresariales o comerciales se ha mantenido durante la pandemia. “En los casos de infidelidad, las personas han querido controlar esos pequeños espacios de salida” que había por el confinamiento. Lo que sí se redujo en un 20 % fueron los puestos de servicios en negocios como restaurantes, bares o locales pequeños, donde ofrecían guardianía, por el cierre o merma económica en esos establecimientos.
La cifra
75 casos de infidelidad, de un total de 102 solicitudes de investigación, llevó Moch en 2020