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COVID-19: La pandemia dejó huella en las familias y en la educación
A cinco años de que se detectara el primer caso de un paciente con coronavirus, analizamos el impacto en la niñez
Gabriel Endara Peña cumplió cuatro años el 30 de enero. Sus padres, Verónica y Luis, bromean diciendo que fue el niño más buscado. “Durante más de cuatro años. Sin pandemia no llegaba”, comenta su madre.
Historias a 5 años del confinamiento por la COVID-19
Antes del confinamiento por la COVID-19, desde marzo de 2020, ambos quiteños vivían estresados. Deseaban convertirse en padres, pero ese sueño solo se concretó cuando teletrabajaron. Los asesores de impuestos modificaron su rutina en estos cinco años. El padre aún trabaja en casa y la madre escogió la modalidad híbrida. Con ayuda de los abuelos cuidan del niño.
Al rememorar lo vivido antes del parto, Verónica siente que fue parte de una película de ciencia ficción. Siente que no dimensionó lo que pudo ocurrirles.
El día en que su ginecólogo, Andrés Calle, había programado que naciera su hijo, llegaron a la clínica. Y como parte de la rutina, a la futura madre le tomaron una muestra nasofaríngea, para la prueba PCR. Solo entonces detectaron que se había contagiado de COVID-19. No la admitieron, su doctor fue a cuarentena y los orientó en una travesía hasta dar con el lugar donde la atendieron.
En octubre del 2022, cuando el Gobierno anunció que se había pasado de una fase aguda del contagio a una de disminución de la transmisibilidad, el bebé Gabriel salió con sus padres a espacios públicos. Cuando veía a otros niños, buscaba tocarles el rostro. Sus padres creen que su tierno hijo quería ver si eran reales, ya que solo había convivido con ellos, dos adultos.
Le va bien en la escuela. Al inicio se le hizo difícil aceptar quedarse lejos de sus padres. Y no ha perdido la costumbre de lavarse las manos o limpiarlas con alcohol en gel.
Los efectos en la educación
La situación fue más compleja para los niños que debieron dejar las clases presenciales y sumergirse en un territorio desconocido: la teleeducación. Carmita Betancourt tiene 67 años y trabajó como maestra 44 años, la mitad de ellos en el Colegio Seneca, en Quito. Al jubilarse, en septiembre acudió a recibir los aplausos de despedida de niños, adolescentes y padres.
Ella recuerda que cuando tuvieron que cambiar el colegio por las pantallas, enseñaba a los alumnos de tercero de básica la resta con desagrupación. Eso se trabaja primero con material concreto, como la base 10. “Yo no era hábil con la tecnología; mis hijos me ayudaron. Para los niños fue difícil. Uno de mis estudiantes estaba en Guayaquil y su mamá, en Quito, con sus útiles. Otros papitos me telefoneaban y yo intentaba explicarles a ellos el procedimiento”.
Carmen siempre ha considerado que el maestro llega al estudiante a través del afecto. “En clases presenciales les decía: ‘Vamos a guardar la tabla del número 5 en la cabecita’. Y les acariciaba la cabeza, para asegurarme de que esté guardada (memorizada). En la virtualidad no se podía hacer algo así”, recuerda.
Aprendizajes
Andrea Morales, con dos hijos de 14 y 9 años, cree que lo más duro fue para el menor, ya que no estaba acostumbrado a trabajar solo, menos con una pantalla. Y ella, que es profesora universitaria, no podía estar con él porque debía dar clases. Su hijo no aprendió a leer con tanta facilidad como su hermana.
Andrés Quishpe, presidente de la UNE, insiste en que más de 300.000 chicos se quedaron fuera del sistema educativo, por el impacto de la pandemia. Dice que para los maestros, los retrasos en lengua, matemática y física son evidentes desde el 2020. Reclama la falta de planes educativos emergentes, como por ejemplo cuando se cierra la escuela por inundaciones.
Los datos del Ineval
- Los datos de Ineval señalan que en la prueba SER Estudiante del 2020-2021, en matemáticas, los alumnos de Elemental, 8 años, obtuvieron un promedio de 700 sobre mil puntos; en el 2021-2022: 676. Y en el 2022 y 2023: 678 puntos. El puntaje en los chicos de 11 años pasó en esos años de: 701 a 683 y 684 puntos. En los de 14 años: 700, 690 y 696 puntos. Y en los de 17 años, bachillerato: 701, 646 y 668.
- En la prueba Ser del 2022 -2023, en matemática, en elemental, la diferencia entre alumnos de colegios particulares y de públicos es de 692 a 676. Es decir, el sistema fiscal apareció 26 puntos más abajo.
- En lengua y literatura, los resultados en Elemental_ 699, 659 y 664 puntos en los tres períodos. En bachillerato, las notas: 701, 646 y 668 puntos. Los datos del 2024 estarán en abril.
Contexto
En el 2022, un informe del Banco Mundial advirtió que por la pandemia, el 70 % de niños de 10 años de países como Ecuador no entienden lo que leen.
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