La COVID pone al ocio entre un café y una cena
El esparcimiento en Guayaquil se reaviva paso a paso. Las plazoletas son las preferidas. Beneficia el horario extendido hasta las 22:00
El aroma del café traspasa las mascarillas y se lo percibe, hay dos consuegras conversando, preparan una sorpresa para sus hijos que se van a casar. Para mantener los planes en secreto optan por no dar sus nombres. Ellas son parte de los clientes que llenan las mesas de la plaza comercial del kilómetro 14 de la vía a la costa.
La Agencia Nacional de Tránsito cierra sus puertas por una semana en Pichincha
Leer másEn la escena sobresale el caminar saltarín de tres niños que llegan e ingresan a una heladería del lugar. Los pequeños están acompañados de sus abuelos. Alfredo Roditti saca su celular y les toma una fotografía, se percata de la presencia de EXPRESO y comenta que es la primera vez que vuelve a salir con sus nietos, desde que empezó la emergencia sanitaria en Ecuador. Las emociones de la familia desnudan al corazón con amplias sonrisas.
“Antes de volver a ver a los niños nos hicimos una prueba de COVID-19 y hemos salido a un lugar que es abierto y tiene medidas de bioseguridad”, comenta.
Y es que los paseos en familia y las noches de fiesta se esfumaron desde hace cuatro meses en Guayaquil, por la pandemia generada por el coronavirus, pero sus habitantes de a poco comienzan a perder el miedo y buscan entretenerse.
Las opciones para hacerlo hoy son diversas. Están las plazas de vía a la costa y Los Ceibos, como la Vista San Eduardo, que en las últimas semanas, sobre todo los viernes y sábados, se repleta de visitantes que le dan vida al entorno; los restaurantes de Urdesa y de vecindarios como la Alborada; y los espacios gastronómicos de La Puntilla, donde cada vez más se ve a los visitantes recorrer los sitios para celebrar uno que otro cumpleaños sin miedo, pero con precaución.
Por ahora las discotecas y bares permanecen cerrados, y eso ha hecho que los restaurantes, cafeterías y heladerías se conviertan en los sitios favoritos de reencuentros de amigos y familiares que pretenden ‘ponerse al día’ o recuperar el tiempo que no pudieron compartir durante los días de confinamiento.
La música a alto volumen y el baile ahora han sido reemplazados por largas pláticas acompañadas de desayunos, almuerzos o cenas. Las bebidas de moderación también están servidas, pero para ese disfrute hay que acatar una serie de protocolos establecidos, como la toma de temperatura, desinfección de zapatos y la distancia.
El incremento de clientes es de un 10 %, cada 15 días. La Parrillada del Ñato, en Plaza Colonia, abre de 12:00 a 22:00. Hay promociones, por ejemplo el cumpleañero no paga, tiene 45 opciones de platos.
Coronavirus en Ecuador: Los contagios superan los 80.000 a nivel nacional
Leer másHay locales que han cerrado, pero los propietarios de los negocios, que han resistido la crisis económica, tienen la esperanza de que los siguientes días van a ser mejores. El esparcimiento en Guayaquil se reaviva paso a paso.
Es el caso de Alberto Vásconez, dueño del restaurante ‘La Esquina de Beto’, que junto con otros 22 locales, reabrieron sus puertas, hace tres semanas, en el espacio gastronómico Mercado del Río, en el Malecón Simón Bolívar. Él se muestra optimista al observar a pocos, pero sonrientes clientes que han decidido salir para tener un tiempo de ocio. A su juicio, recién este mes se puede hablar de una verdadera reactivación, pero es consciente de que no se debe bajar la guardia.
“La gente está todavía con temor, sí, hay que cuidarse, pero también hay que cuidar la economía”, agrega Vásconez, quien comenta que las ventas llegan hasta un 25 %, pero espera que en agosto haya un mejor escenario no solo en este establecimiento sino en todo el centro.
Es martes y al sitio llega Moisés Villarroel, quien celebra su cumpleaños número 52 rodeado de sus familiares, reconoce que es la primera vez que se atreve a salir de casa en familia desde que inició la emergencia.
Decidimos reunirnos con cinco amigos, aunque algunos todavía tienen recelo, pero decidimos salir. Esa es la idea. En casa nos enfermamos más y es peor. Ya hemos vuelto a la normalidad.
Los sindicatos y grupos sociales piden regresar al confinamiento
Leer másEste mismo optimismo tiene Carlos Rivadeneira, dueño de la Empanada Santi, quien comenta que en julio en comparación con junio las ventas en su local han subido un 50 %. Pero, recuerda que hasta mayo la venta fue cero en el servicio en los locales.
En otros rincones de la zona el escenario es desolador, en especial donde funcionan los bares. Así como lo ha registrado EXPRESO, la zona rosa, donde hay alrededor de 40 locales como discotecas, bares y karaokes, sigue apagada, mientras que los letreros de ‘se alquila’ son recurrentes en las ventanas de distintos negocios, que ya tiraron la toalla.
Sin embargo, en Urdesa, el escenario es distinto. Y es que si bien las discotecas que llenaban de algarabía las noches de los fines de semana están en silencio; por ahora el aroma de café, las risas y las fotos se perciben al caer la tarde. La diversión se concentra en estos espacios.
Las cinco cafeterías más grandes ubicadas a lo largo de la Víctor Emilio Estrada se llenan de clientes hasta las 22:30, en el aforo que las medidas de bioseguridad lo permiten. Las escenas se replican en la plaza gastronómica Guayarte, donde los propietarios de los 52 locales intentan atraer a los clientes con promociones, de 12:00 a 22:00; hora en la que ya todos regresan a casa.
En La Puntilla (Samborondón), al menos once plazas comerciales, donde asimismo se pueden ver ya a las familias, parejas de novios y amigos dando paseos o comiendo en las noches, son las favoritas. En Plaza Lagos, por ejemplo, donde las puertas permanecen abiertas de lunes a domingo desde las 08:00 hasta las 22:30, los visitantes toman asimismo un café, una cerveza, una sangría; pero también, guardando la distancia, se paran al pie del lago que forma parte de la estructura del lugar, para simplemente charlar.
En las plazas comerciales Bocca y La Torre, ubicadas -una junto a la otra- en el kilómetro 1 de la vía Samborondón, el ambiente es el mismo. “La vida nocturna, aunque de una forma más tranquila la hemos finalmente recuperado. Ahora visitamos estos sitios solo hasta las 23:00, que ya todos cierran. No ha sido fácil acoplarnos, todavía extrañamos las fiestas”, dice entre risas Rubén Salazar, de 27 años, quien junto a sus tres hermanos se dispone entrar a un local de sushi en Bocca.
Con mascarillas, el lavado de manos y el distanciamiento social debemos cuidarnos y eso lo he hecho junto a mi familia. Celebré mi cumpleaños con una cena. La ciudad ya tiene que reactivarse.
Microcrédito y vivienda, los segmentos donde más se difiere el pago de deudas
Leer másEn el sector, uno de los últimos espacios de entretenimiento que optó por reactivarse, ha sido Food Garden. El local, a diferencia del resto, que lo hizo a partir de la última semana de mayo, abrió sus puertas recién el viernes pasado. Y lo hizo a lo grande. Eso sí, hasta las 22:30. Es parte de la nueva normalidad, indica su gerente Jorge Macchiavello.
En esta era del pos-COVID, este Diario confirmó que los sitios de entretenimiento al aire libre, al que se suman la plaza comercial hecha con contenedores reciclados, Alaire (kilómetro 9,5 de la vía Samborondón), son los que más atraen a los clientes.
La tendencia la confirma Ernesto Hidalgo, miembro del directorio de Laguna Plaza en vía a la costa, quien con el fin de que la ciudad no pare y se reactive está dispuesto, si Guayaquil llegara a estar otra vez en semáforo en rojo; a no cobrar la renta a su arrendador. “Aquí todos nos apoyamos. Hay que apoyar, a como dé lugar, la reactivación”.
Por el confinamiento de Laguna Plaza se fueron cinco emprendedores, ahora llegan ocho; porque en la nueva normalidad de la COVID, los clientes prefieren los lugares abiertos. Atendemos hasta 22:30.