El crimen exhibe tecnología en cárceles y el Estado se muestra débil

El Estado no tiene el control de las cárceles, y el poder de las organizaciones criminales excede la capacidad de las Fuerzas Armadas y del SNAI, por ejemplo en el acceso a tecnología. En eso coinciden cinco analistas, al comentar cómo un dron cargado con 40 libras de explosivos llegó al techo de La Roca, en la vía a Daule.

(Te invitamos a leer: La Roca: ¿qué presos están en la cárcel donde aterrizó un dron con explosivos?) 

Así Diego Pérez, profesor del IAEN, reconoce que hay presencia de policías y militares en las cárceles. Pero no le parece suficiente, ya que se enfrentan a organizaciones criminales con altísimo poder de movilización, de reclutamiento e inclusive de acceso a tecnología desechable, como el dron.

Señala que la fuerza pública ha tenido que lidiar con estas organizaciones, dentro y fuera de las cárceles del país, en condiciones de desventaja. Que un ataque con dron cargado de explosivos se repita casi al año en La Roca, muestra “un vaciamiento de la capacidad estatal para afrontar la posibilidad real de contener al crimen organizado en lo estructural”, anotó Pérez.

Autoridades descuidan el espacio aéreo

Para el coronel Patricio Acosta, ex alto oficial de las Fuerzas Armadas, se pueden ver falencias en el plan gubernamental. Considera necesario que se investigue por qué descuidaron el espacio aéreo y que se identifique a los responsables.

“No debió pasar en el 2023 y menos otra vez este año. Hubo directrices para que se rectifique. Se debería sancionar a la luz pública a los responsables. El crimen no se puede seguir burlando de toda la sociedad ecuatoriana”, reclamó.

En esa misma línea, Bertha García, especialista en seguridad y profesora emérita de la PUCE, comentó que las Fuerzas Armadas, la Policía y todo el Estado deberían estar más preparados ante desafíos tecnológicos. “Vemos que los drones se usan de manera rutinaria en conflictos internacionales. Las bandas criminales cuentan con esos instrumentos. Necesitamos equiparnos con sensores. A las cárceles de Guayas se accede por tierra, agua y aire”.

García cuestionó la falta de una política de vigilancia del espacio aéreo. En ciudades como Quito, indicó que la delincuencia común está usando drones para ver en el interior de casas con patios. 

“Sin una política al respecto va a ocurrir una tercera vez. Veo que estamos muy atrasados en el cuidado del espacio aéreo. En el marítimo, se sabía de vigilancia a ‘piratas’ que afectaban a los pescadores”.

¿El control de las cárceles se cumple?

Sobre el equipamiento de policías y militares, Pérez cree que habría que confirmar si el Estado ha atendido sus necesidades. También señala que se ha construido una narrativa de que las cárceles están bajo control, luego de que en la consulta popular se dijo sí a la presencia militar.

“Yo le pondría con signo de interrogación porque quizá solo (se cumple eso en) ciertas secciones de las cárceles, las de menor riesgo. No conocemos si en áreas de alta seguridad se ha podido desplegar un control real. En este año preelectoral y en el próximo tendremos muchos discursos en torno a que todo ha mejorado y antes no había nada”, expuso.

Para el analista Gabriel Ramírez, un problema de fondo es que las amenazas ahora están ligadas con el crimen organizado y el narcotráfico. Mientras, las Fuerzas Armadas están preparadas para una guerra convencional, ni siquiera para enfrentar a una guerrilla. 

Cree urgente trabajar más en un servicio de inteligencia y de contrainteligencia, porque hasta ahora incluso en lo tecnológico Ecuador se muestra en desventaja frente a las organizaciones criminales.

“Reacomodo de la mafia”

Para Billy Navarrete, quien dirige el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, ha quedado en evidencia la incapacidad estatal para controlar todo el complejo carcelario de Guayaquil.

Desde el 9 de enero, dice Navarrete, se registró ocupación militar en los recintos penitenciarios. “Pero lo que dicen las vallas publicitarias de que el Gobierno tiene el control de las cárceles, ha caído en saco roto”.

Según él, hay un régimen severo y torturas dentro de las cárceles. Pero en la Penitenciaría, a donde pudo ingresar luego de 11 años, “hay reacomodo de la mafia, como nos dijeron funcionarios del SNAI. La categorización por tipo de delito, que es el inicio de la rehabilitación, no existe. El sistema carcelario es el principal mecanismo de reclutamiento”. 

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