Los crimenes execrables ocurridos durante la decada pasada
Ningún crimen merece calificativos bondadosos. Todos son execrables, todos llevan implícita una perversidad. Algunos no son visibles inmediatamente. Entre estos, el abuso sexual a niños y niñas. Estos crímenes se extienden a quienes estando conscientes de estos actos, los callan, los socapan e incluso hasta los alcahuetean. Estos crímenes de violación de niños se produjeron en Ecuador durante largo tiempo, al amparo de autoridades educativas indolentes y encubridoras.
Las declaraciones de un exministro diciendo que no se habló libremente del tema “para no afectar el proyecto político” son un despropósito completamente inaceptable en una autoridad de ese nivel y con esa responsabilidad; el ejemplo de un mediocre que privilegia una fidelidad a un proyecto, a una persona, sin importarle la afectación perenne que queda en las víctimas de estos actos reprochables.
Otro acto miserable: el obligar a adolescentes a utilizar textos escolares mañosos y tendenciosos, con contenidos llenos de intenciones de conducir a las mentes todavía frágiles de nuestros jóvenes, hacia conclusiones llenas de dogmatismos y de tergiversaciones de la realidad, en función de conseguir adeptos a doctrinas que han fracasado como productoras de seres humanos racionales. Impulsar a un joven, a un niño, a aceptar verdades ajenas durante su etapa de formación, sin darles los elementos de comparación y análisis, es un crimen equivalente a una violación sexual a un infante.
Ing. José Jalil Haas