Crisis en el embalse de Mazar: niveles de agua amenazan el suministro eléctrico

La situación del embalse de Mazar, vital para la generación eléctrica en la región, se encuentra en un punto crítico. Este miércoles 24 de octubre, a las 06:34, su nivel de agua se registró en 2.113,83 metros sobre el nivel del mar, apenas tres metros por encima del límite operativo mínimo de 2.110 msnm. Horas después, según se reporta en redes sociales, el nivel cayó dos metros más, lo que pone en riesgo el suministro eléctrico.

Este descenso plantea serios riesgos para las plantas hidroeléctricas que dependen del embalse, entre ellas Mazar, Paute-Molino y Sopladora. El Operador Nacional de Electricidad (Cenace) ha alertado que la operación con niveles tan bajos podría dañar las turbinas debido a los sedimentos presentes en el agua.

En Cuenca, el río Tomebamba también reporta una reducción en su caudal, lo que contribuye a agravar la situación. La empresa pública Etapa ha señalado que tanto el Tomebamba como el Yanuncay continúan en estiaje, mientras que otros ríos de la zona, como el Machángara y el Tarqui, están en niveles bajos.

¿Está en riesgo la reducción de horas de cortes de luz?

Pese a que el gobierno de Daniel Noboa ha anunciado una reducción de cortes de luz a seis horas diarias a partir del 28 de octubre, expertos advierten que cumplir con este cronograma es poco probable. Hugo Arcos, jefe del departamento de Energía Eléctrica de la Escuela Politécnica Nacional, indicó que “la baja hidrología en la cuenca del Paute es preocupante” y que las decisiones deben tomarse rápidamente para evitar un colapso mayor.

Por su parte, Jorge Luis Hidalgo, consultor en energía, subrayó que si la situación no mejora, los apagones podrían volverse impredecibles. “El Gobierno debería revisar el cronograma de reducción de cortes, ya que estamos en un estado insostenible”, advirtió.

La crisis en el embalse de Mazar continúa siendo un desafío urgente para la administración pública, y la incertidumbre sobre el futuro del sistema eléctrico en Ecuador crece a medida que el estiaje se prolonga. La población espera soluciones efectivas para evitar un colapso total en el suministro eléctrico.

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