Crisis de estiaje amenaza el abastecimiento de agua en Loja
Los cortes programados en toda la ciudad es una medida que ya se analiza
Loja enfrenta una alarmante crisis de estiaje que amenaza la estabilidad del suministro de agua potable para sus habitantes, especialmente en áreas de mayor altitud y en barrios del sector suroccidental. La escasez de lluvias y el descenso en los caudales de agua que ingresan a las plantas de tratamiento están limitando la capacidad del sistema de abastecimiento, poniendo a prueba tanto a las autoridades como a la comunidad.
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Leer másSegún detalló a EXPRESO Jorge Herrera, director de la Unidad Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Umapal), los niveles de ingreso de agua en las plantas de tratamiento han disminuido considerablemente, reflejando una baja alarmante en comparación con los parámetros habituales de operación.
En la planta de Pucará, por ejemplo, el caudal se ha reducido a 172 litros por segundo, cuando lo normal sería que funcione con alrededor de 300. Este patrón se repite en otras infraestructuras claves como Carigán, la planta más grande de la ciudad, que hoy recibe 487 litros por segundo, ligeramente por debajo de su capacidad óptima de 500 litros. La situación es aún más crítica en la planta de Curitroje, que ahora opera con un ingreso de apenas 35 litros por segundo, frente a un nivel operativo ideal de 53.
Este déficit tiene consecuencias directas en la operación de los tanques de reserva, que no logran llenarse a plena capacidad, afectando a gran parte de la población. En las zonas altas, donde la presión del agua es naturalmente menor, los problemas se agravan al no contar con un flujo constante y suficiente para llenar los tanques. Esto genera interrupciones en el servicio.
Antecedentes
Semanas atrás, los efectos de la escasez fueron especialmente notorios en la zona de Curitroje, donde las autoridades se vieron obligadas a implementar medidas de emergencia. Instalaron 10 tanques de almacenamiento de 5.000 litros en áreas estratégicas de los barrios más golpeados. No obstante, a medida que la sequía persiste, el problema se ha desplazado a barrios como Menfis y Época.
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Leer más“La situación es cada vez más crítica. Llevamos ya un mes sin lluvias en la hoya de Loja, y si esto sigue así, podríamos tener que considerar el racionamiento en toda la ciudad”, advirtió Herrera. Para anticiparse a este posible escenario, el director de Umapal ya ha diseñado un cronograma de racionamiento que se pondría en marcha en caso de que los niveles de agua continúen bajando. Esta planificación incluye cortes programados en sectores específicos, con el fin de repartir de manera equitativa el recurso disponible y garantizar que todos los habitantes tengan acceso al agua, aunque en cantidades limitadas.
Ante la gravedad de la situación, el director de Umapal hizo un llamado a la ciudadanía a hacer un uso racional del agua y evitar prácticas que impliquen un gasto excesivo, como el lavado de vehículos o el baldeo de aceras y calles.
Para ciudadanos como Daniel Mostesdeoca, esta crisis evidencia no solo la dependencia de la ciudad en fuentes naturales cada vez más impredecibles, sino también la necesidad de contar con una infraestructura adaptable que permita enfrentar períodos prolongados de sequía. Situación que, dijo, ha puesto en aprietos al país en temas ligados a la energía. “El hecho de confiar solo de la lluvia nos tiene hoy así: a oscuras”, sentenció.