Una crisis institucional sacude la Contraloria
El jaque político en el que el oficialismo y la oposición mantienen al contralor Carlos Pólit por el caso Odebrecht, quien se encuentra en Estados Unidos desde el 25 de mayo, un día después de la posesión del nuevo Gobierno, es la preocupación mayor de
Crisis sobre crisis. El jaque político en el que el oficialismo y la oposición mantienen al contralor Carlos Pólit por el caso Odebrecht, quien se encuentra en Estados Unidos desde el 25 de mayo, un día después de la posesión del nuevo Gobierno, es la preocupación mayor de la principal institución de control del Estado, puertas afuera. Pero no la única.
Puertas adentro, en cambio, las cabezas voltean para mirar al sucesor de Pólit, Pablo Celi, quien desde su partida firma documentos como contralor subrogante. La pregunta es: ¿Lo es?
Los cuestionamientos no son gratuitos. Documentos obtenidos por Diario EXPRESO detallan que, el día de su partida, Pólit firmó la destitución del entonces subcontralor y contralor subrogante, Pablo Celi. Las fuentes consultadas por este Diario señalan a Celi como un hombre “que no goza de la confianza del contralor, sino del Gobierno”.
En su lugar, Pólit, contra quien pesa una acusación fiscal por concusión, que este rechaza y tilda de “represalia” por haber remitido un informe de responsabilidad penal contra el fiscal general Carlos Baca Mancheno, prefirió designar a Sabett Chamoun como su subrogante, según la acción de personal 914, en la que la habilita para el cargo entre el 2 y 26 de junio.
La orden de remoción fue ignorada por Celi, la mañana del operativo que, entre otros, condujo al allanamiento de los inmuebles de Pólit, el pasado viernes. Ese día, según un vídeo remitido a este medio, Celi ingresó al despacho del contralor general y se negó a firmar el acta que lo cesaba en funciones. Por el contrario, la rompió en tiras y empujó con agresividad a los funcionarios que le explicaban la decisión de Pólit: “Se las voy a poner difícil”, se lo escucha decir.
En declaraciones a EXPRESO, a través de un portavoz, Celi aseguró que ha denunciado a los funcionarios por “secuestro” pues, asegura, lo retuvieron contra su voluntad para “obligarlo a firmar la renuncia”. Su versión contrasta con las imágenes de los vídeos.
Y pese a que 24 horas antes de estas declaraciones se reunió en Carondelet como contralor subrogante, ayer quedó claro que no es tal. Chamoun, la designada por Pólit antes de partir, se presentó por la tarde, acompañada por la Policía Nacional, para recuperar el control de la oficina donde reposan las auditorías de los fondos públicos y los sensibles informes con responsabilidades contra funcionarios del Estado, en manos ajenas a lo dispuesto durante seis días.
La crisis de institucionalidad en el máximo órgano de control obligó al primer pronunciamiento público del Pólit, desde su partida. Lo hizo presentándose ante el Consulado ecuatoriano en Miami para juramentar que, en efecto, había firmado la destitución y designación en la figura de su subrogante.
Para cuando lo hizo, desde Miami, a la Contraloría, en Quito, había arribado un fiscal con el fin de investigar “un delito flagrante”. Y la escena, de un organismo vital y acéfalo, un edificio rodeado y un personal desorientado, dibujaba la decadencia de la institucionalidad.