Un crucero cuyos pasajeros llegan a estudiar la ciudad
A diferencia de los 16 cruceros programados para esta temporada en Guayaquil, el que arribó el miércoles pasado marca una particularidad: su comunidad de viajeros no lo conforman turistas.
A diferencia de los 16 cruceros programados para esta temporada en Guayaquil, el que arribó el miércoles pasado marca una particularidad: su comunidad de viajeros no lo conforman turistas.
La mayoría son estudiantes universitarios, además de unos cuantos catedráticos. Estos son los encargados de la parte académica, porque el barco es una universidad flotante.
El World Odyssey cada semestre recorre distintos destinos del planeta. El de este año lo iniciaron el 10 de septiembre, desde el puerto de Hamburgo (Alemania), lo terminarán el 22 de este mes en la ciudad de San Diego (Estados Unidos).
La de ayer fue su primera clase práctica en la ciudad. Una gran parte de los 600 alumnos que cumplen sus estudios en el barco recorrieron barrios e instituciones. Cada grupo con una tarea diferente.
Sophie Esch, una alemana que reside en los Estados Unidos, está al frente de la cátedra de Español. Ella visitó con sus alumnos del primer nivel varios sitios de la ciudad.
No como un paseo turístico, sino como una clase más. Los alumnos estaban obligados a interactuar en el medio.
Hubo dos retos muy intensos que debieron cumplir. En la mañana, con coordenadas muy básicas debieron llegar desde una de las aulas de la Universidad de las Artes, en el Malecón, hasta el Parque de las Iguanas, a tres calles de ahí. Para esto, se vieron en la necesidad de pedir información a los transeúntes.
Luego, en la tarde, debieron proveerse de 10 productos alimenticios con unos cuantos dólares en la mano. El bus turístico que los traslada los dejó en el Mercado de Sauces 9 y ellos, con un español incipiente aún y como parte de su tarea del día, estaban obligados a regatear con los comerciantes.
Es la primera vez que el programa Semester at Sea (semestre en el mar), seleccionó al país para que sus alumnos realizaran jornadas de estudio en ciudades ecuatorianas.
Guayaquil es considerada en este viaje el aula principal. Otros puntos son Quito, Cuenca, Otavalo y Galápagos.
Durante la mañana y tarde de ayer, cerca de 20 buses dejaron el puerto, donde acoderó la tarde del miércoles el World Odyssey. Cada vehículo se trasladó a un destino determinado. En estos sitios, los alumnos se movilizaron para desarrollar sus clases vivenciales.
Son entre 20 a 25 las materias que se dictan. Quienes aplican al Semester at Sea obtienen hasta 15 créditos en los centros de educación superior a los que pertenecen. Muchos son de la Colorado State University.
La lista de materias abarca desde fotografía digital hasta sociología, pasando por antropología y cultura.
Es por eso que mientras un grupo recorrió la ciudad para realizar tomas fotográficas bajo techo o a cielo abierto, otro, que analizó el tema ecológico, visitó la isla Santay, el Parque Histórico y el Jardín Botánico.
Hubo un grupo que pasó todo el día con niños con los que colabora Aldea SOS.
El grupo más atrevido es el que lidera Álex Martín, un guayaquileño que enseña la cátedra de Cambio Cultural y que desde hace cerca de 20 años reside en los Estados Unidos.
Él llevó a sus alumnos en un viaje de transición: luego de movilizarse por el centro de la ciudad y Las Peñas, dictó una clase en la sala de la casa de la familia Coronel, en una de las manzanas de la cooperativa Carlos Castro 2 (Guasmo Central).
Les impuso, además, el reto de recorrer varias calles de ese sector popular, en una tarea de observación.
Todo esto como parte de una de las tantas clases que se dictan en esta universidad flotante que viaja por doce países de cuatro continentes.
Las clases itinerantes
El reto de aprender español
Los alumnos se toman un descanso y posan junto a uno de los íconos de la ciudad que desde ayer adornan la Plaza de la Administración. En el recorrido el grupo puso a prueba el español que aprenden en las aulas.
El camino previo a las clases
Los viajeros cumplieron el desembarco habitual, como ha sucedido con el común de los cruceros a la ciudad, sin embargo, esta vez, el lado turístico quedó de lado. Los grupos recorrieron la ciudad para tomar clases.
Doña Lola y la historia del barrio
Una vecina de la Carlos Castro 2 narra a un grupo de alumnos del World Odyssey, el paso que siguió este sector de la ciudad hasta convertirse en un área urbana más. Los universitarios hicieron preguntas y recogían información.