Crudiveganismo: beneficios y riesgos
Puede confundirse con el vegetarianismo o veganismo, pero esta dieta, basada en una ideología, es mucho más radical.
¿Ha pensado alguna vez en dejar a un lado la comida cocinada y solo ingerir a diario frutas, granos o vegetales crudos? Aunque parezca una hipótesis drástica, esta forma de alimentación es seguida por varias personas alrededor del mundo que ven el crudiveganismo como una ideología que, además de promover el respeto a la vida de los animales, beneficia al medio ambiente al no usar electricidad para la cocción.
Éricka Borbor, nutricionista especializada en vegetarianismo, explica que esta dieta se basa netamente en el consumo de alimentos de origen vegetal crudos, que ayudan a desintoxicar el organismo, aportan mayor cantidad de fibra y favorecen la pérdida rápida de peso por las pocas calorías que se ingieren durante el día. Sin embargo, reconoce que al carecer de grandes fuentes de proteína existe el riesgo de un desequilibrio nutricional que hará necesario recurrir a la suplementación. Por eso hace hincapié en que esta alimentación debe practicarse solo bajo estricta vigilancia médica. “Algunas personas pueden creer que porque en el crudiveganismo todo es crudo, es más saludable. Pero en realidad, esta dieta no genera beneficios extras en comparación al vegetarianismo”, dice Borbor.
Precaución
La nutricionista Jéssica Orellana explica que algunos de los problemas de salud que pueden presentarse son los desequilibrios hormonales, deficiencias nutricionales, problemas digestivos, descalcificación y anemia. “Se reducen los niveles de colesterol, triglicéridos y hasta se pierde peso, pero su causa no es necesariamente porque se está volviendo más saludable, sino por la restricción de alimentos”, precisa Orellana, quien recomienda seguirla bajo estricta vigilancia médica. Aconseja que las embarazadas, mujeres en edades fértiles, menores de edad y adultos mayores eviten este régimen.
Qué hacer
Las especialistas citan los alimentos que deben primar en la dieta para cumplir con la cantidad necesaria de proteína, carbohidratos y grasa.
-Leguminosas como las lentejas, soya, habas, frijoles y garbanzos, ya sean fermentados, germinados, deshidratados o encurtidos.
-Frutos secos y semillas como las de calabaza, chía, cáñamo, linaza y lino.
-Vegetales: brócoli, pepino, champiñón, tomate. Entre más, mejor.
-Frutas (todas) y cereales como quinua, avena y cebada.
-No olvide: es importante la suplementación con vitamina B12, magnesio y calcio.