Cuatro ideas para atenuar el calor en Guayaquil
Un estudio realizado por el Instituto de Hábitat y Diseño de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil determinó que la zona norte es la más caliente. Según la información recogida por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), en los dos últimos años en la ciudad se configura la presencia de islas de calor en varios sectores. Cuatro profesionales entrevistados por este medio establecen que ese escenario se presenta debido al uso indiscriminado del cemento y el hierro en las construcciones, además de la concentración de edificios altos que cortan las corrientes de aire. Frente a esto, plantean posibles soluciones, desde cambiar la normativa sobre el uso de los materiales de construcción y redefinir conceptos sobre el diseño de las edificaciones, hasta que la siembra de árboles de sombra esté en una ley. El Arquitecto: repensar el uso de los materiales de construcción. 1.Felipe Huerta Llona, arquitecto y urbanista. Este profesional guayaquileño, exfuncionario municipal y catedrático universitario, considera que la naturaleza le pasa factura a la ciudad. Que el actual clima urbano con altas temperaturas, radiación solar y humedad que enfrenta Guayaquil, es consecuencia del mal uso de las bondades naturales que hasta hace menos de 100 años había en el entorno, desde espejos de agua hasta cerros con exuberante vegetación; o el desuso de materiales constructivos apropiados, como la madera y la caña. Como propuesta, cree que lo más adecuado para atenuar en algo el clima actual sería redefinir los diseños de las edificaciones para aprovechar el ambiente. Y repensar el uso que se da de manera exagerada a cierto tipo de materiales constructivos: hormigón, hierro, vidrio. el Planificador urbano: Aboga por el retorno de los soportales. 2.Jaime Acevedo Gutiérrez, asesor y catedrático universitario. Para este profesional existe la necesidad de volver rigurosa la aplicación de la ordenanza acerca de los soportales. La normativa existente determina que deben ser construidos con material antideslizante e iniciarse a partir de la zona del lindero, y que tendrán un ancho de 3 metros y su altura fluctuará entre 3,5 y 6 metros. Sin embargo, considera que ahora se busca aprovechar hasta el último metro cuadrado para construir, lo cual descarta al soportal. El biólogo: implementar corredores peatonales arborizados. 3.Xavier Cornejo, máster en Manejo de Recursos Naturales y catedrático. Por varios motivos, este especialista considera que ha sido un grave error sembrar masivamente palmas en Guayaquil. No solo por la pérdida de la biodiversidad nativa, sino también porque estas plantas no proporcionan la sombra protectora que necesita la ciudadanía. A esto se suma que las palmas consumen más agua que las especies locales. Debe formularse en la urbe un plan que imponga la creación de corredores con árboles y estructuras que den sombra, para evitar riesgos de enfermedades como cáncer a la piel, cataratas, etc... Este es un tema que compete también al Ministerio de Salud. El ingeniero: crear espacios húmedos y bioacuáticos. 4.Edgar Alcívar Garzón, expresidente del Colegio Regional de Ingenieros Industriales. Hay que crear espacios de áreas húmedas climatizadas y acuáticos. Abogar por los límites obligatorios en las emisiones de dióxido de carbono que generan las transnacionales petroleras, automotrices, petroquímicas y demás industrias que dependen del petróleo, carbón, gas.