Los menores visten sus trajes típicos en los tradicionales carros alegóricos, llevando la imagen del Niño Viajero

Cuenca prepara el ‘Pase del Nino Viajero’

Antes del evento principal del 24 de diciembre, el viernes 16 se desarrollará el pregón del Pase del Niño. A esta ceremonia han invitado a 15 instituciones educativas de la ciudad para que asistan con delegaciones. La imagen del Niño Viajero saldrá en

El Niño Viajero visita el hogar de sus priostes. Hay villancicos y fiesta navideña con mucha religiosidad. Los trajes típicos para los infantes están listos. Los carros alegóricos se diseñan rápidamente. Son algunos de los preparativos para la fiesta del Pase del Niño Viajero, que anualmente se desarrolla en Cuenca cada 24 de diciembre.

“Ya no tenemos disponibles más disfraces” dicen los propietarios de los 15 negocios de alquiler de ropa. Aseguran que este año ha sido mayor la demanda de alquiler de trajes de personajes bíblicos y típicos de Cuenca.

La fiesta es de los niños. Noventa mil participaron el año pasado, llegados de todos los rincones del Azuay. Protagonizan una procesión de 14 horas de duración. Desfilan vestidos de pajes, mayorales, la Virgen María, San José, los Reyes Magos, ángeles, etc. Unos a pie, otros a caballo o sobre triciclos, bicicletas o carros con alegorías referentes al nacimiento del Niño Jesús. Caminan con pavos asados, cuyes con papas, vino, panes de pascua y todo tipo de alimentos típicos, a manera de ofrenda al Recién Nacido para que, a cambio, el año siguiente el Niño no les haga faltar el alimento, la salud, el trabajo y la fe religiosa.

Son 55 años de esta tradición, que de generación en generación ha ido fortaleciéndose. Son ahora los hijos de los adultos que en los años 60-70, siendo infantes, protagonizaron el Pase del Niño Viajero. Es una de las manifestaciones de religiosidad popular más importantes del país y Sudamérica. En 2009 fue declarada por el Ministerio Coordinador de Patrimonio Natural y Cultural como Patrimonio Inmaterial del Estado. Refleja, como pocas, la cultura y las tradiciones de un pueblo que expresa sus creencias espirituales en múltiples y variadas formas de folclor. El Niño Dios es el centro de devoción y su origen más remoto data de las culturas helénicas y románicas.

Las bandas de pueblo e instituciones públicas acompañan a los feligreses con sones navideños y ritmos ecuatorianos. El 23 de diciembre será el cambio de padrino.

El representante de la Policía en el Azuay, que el año anterior apadrinó la fiesta, Pedro Jijón. (F)