
Cuentos infantiles plasman cinco leyendas amazonicas
Llegó al país hace once años en una comitiva con la Cruz Roja Española. Trabajaba en proyectos sociales. La recuperación de la salud ancestral fue uno de los objetivos principales.
Llegó al país hace once años en una comitiva con la Cruz Roja Española. Trabajaba en proyectos sociales. La recuperación de la salud ancestral fue uno de los objetivos principales. También la formación docente en la Amazonía. Y en Ecuador conoció el amor. Y aquí se radicó.
Gemma Rosas Calbó es originaria de Barcelona, España. Siempre estuvo inmersa en la literatura. Recuerda que a los 15 años ganó un premio de literatura y se formó académicamente en comunicación y lenguaje. Este bagaje de conocimientos hizo que se interesara en la oralidad. Y al fijar su residencia en este país y habiendo trabajado en la Amazonía su propósito fue mantener la oralidad de las comunidades que allí habitan.
Y tomó como eje su familia, su entorno. Sus hijos estudian en una Unidad Educativa bilingüe quichua y cada fin de mes, los viernes, se organiza una ceremonia para tomar el té de la wayusa, ese tiempo se destina a la expresión de las leyendas que rondan la Amazonía, relata.
Pensó que esa forma de transmitir las tradiciones es buena para que las comunidades las mantengan; sin embargo hacía falta un material más didáctico destinado específicamente para los niños, anota.
Y nació Selva Adentro, la primera colección de literatura infantil amazónica que reúne cinco cuentos bilingües español/quichua. Un trabajo de recopilación y redacción hecho por la misma Rosas durante unos cuatro meses.
Para la adaptación al quichua colaboró la docente Silvia Aragón, trabajo que fue revisado por una comisión pedagógica para ayudar a encontrar consenso entre la terminología quichua. “La idea fue hacer un texto entendible en cualquier parte de la región y ya si hay alguna palabra distinta se la ubica en un glosario que va anexo al cuento”, explica la autora.
“En 2015 ganamos los Fondos Concursables del Ministerio de Cultura del Ecuador y pudimos crear los primeros cinco cuentos”. El premio consistió en un incentivo económico de 8.000 dólares que se utilizaron para ejecutar el trabajo, y la impresión de los primeros cien ejemplares que se repartieron entre la biblioteca y los docentes de la localidad de El Puyo, de donde se recogieron las historias.
Las ilustraciones que acompañan los textos también salieron de la mano de esta española con ascendencia catalana para quien mantener el idioma propio es importante. Los dibujos, afirma, se basan en el entorno de la Amazonía. “Para que los niños relacionen su realidad y quieran su entorno”.
Entre los proyectos próximos está llevar los mismos cuentos a otros dialectos: shuar, shiwiar, achuar, huaorani y zápara, este último de mayor importancia por ser reconocido como patrimonio intangible de la humanidad por la Unesco, y que se está perdiendo, dice. “Hay muy pocos jóvenes que lo usan, la mayoría usa el quichua; por ello es emergente retomar su idioma”, enfatiza. (F)